Alberto Martínez, consejero de Salud del Gobierno Vasco, ha descartado ampliar el personal de la unidad de cuidados paliativos pediátricos para que esté operativa las 24 horas del día. Sin embargo, ha asegurado que quienes atienden estos casos fuera de su horario laboral recibirán retribuciones y días libres en compensación.
El caso que ha reabierto el debate
Las declaraciones llegan tras conocerse que un pediatra de la unidad de Cuidados Paliativos Infantiles del Hospital de Cruces, Jesús Sánchez Etxaniz, fue apercibido por usar un coche oficial de Osakidetza cuando, de manera voluntaria y fuera de su jornada, atendió a una niña oncológica de cuatro años en sus últimos momentos de vida.
Martínez ha explicado que, tras conocer el caso, solicitó información a Osakidetza y se encontró con que «no había una advertencia formal, sino una recomendación de avisar previamente si se iba a utilizar un vehículo del servicio».
Apoyo a la actuación médica y propuesta de flexibilidad
El consejero ha contactado tanto con Sánchez Etxaniz, con quien mantiene «amistad desde hace años», como con el resto del equipo. Ha subrayado que la unidad de paliativos infantiles de Cruces cuenta con dos médicos y dos enfermeras dedicados exclusivamente a esta labor, y que su atención suele complementarse con los servicios sanitarios de proximidad.
Martínez ha valorado la actuación del equipo como «voluntaria y ejemplar», aunque ha insistido en que estas intervenciones deben estar respaldadas estructuralmente por Osakidetza: «Para acudir a un domicilio en estos casos se necesita una organización clara, retribuida y pactada».
Posibles acuerdos personalizados
Aunque la estructura actual no prevé atención las 24 horas, sí contempla mecanismos ad hoc para casos muy específicos. Según ha explicado, se puede acordar con la dirección correspondiente cómo y cuándo prestar esa atención, y cómo retribuirla: bien en horas, bien en días libres.
«Si mañana surgiera otro caso similar y los profesionales creen que se debe ofrecer más atención, se pacta y se compensa», ha afirmado.
«Quizá hubo un celo excesivo»
Martínez ha reconocido que le resulta extraño lo ocurrido: «Seguramente hubo un celo excesivo de un mando intermedio«. Y ha añadido que, pese a existir otras situaciones similares, no se había producido una reacción así anteriormente.
El titular de Salud ha defendido que, aunque este tipo de casos no son frecuentes —se calcula que hay unos cinco menores al año en circunstancias tan graves—, forman parte de la flexibilidad que debe tener un sistema sanitario público.
