Si hubiera que definir un partido de pretemporada prototípico, todo aficionado al fútbol echaría mano rápido a los tópicos: calor incesante, campo en mal estado, probaturas extravagantes, ritmo físico bajo e imprecisiones más propias del fútbol amateur que de jugadores de élite. Sin querer parecer exagerado, el partido del Athletic de ayer en Laguardia los cumplió casi todos. Sí se le noto una marcha más al Deportivo Alavés, por mucho que fuera su primer partido del curso.
Valverde optó por un once conformado por varios jugadores que serán previsiblemente titulares contra el Sevilla en San Mamés el 17 de agosto, mezclado con algunos experimentos propios de la época del año en la que nos encontramos. La alineación la formaron Simón, Rincón, Vivian, Lekue, Unai Gómez, Rego, Vesga, Navarro, Sancet, Nico Williams y Guruzeta.
Una primera parte en la que se dividió el dominio del partido. Un incisivo Nico generó varias ocasiones por la banda izquierda fruto de su desparpajo habitual en el uno contra uno, lo que permitió a los vizcaínos acercarse peligrosamente a la meta de Sivera. Poco a poco el partido fue transformándose. Primero en un choque de fuerzas sin nadie capaz de imponerse. Después en una cascada de remates por parte del Alavés que exigieron lo mejor del portero titular de la selección española. Sorprendió bastante el número de veces que fue capaz de rematar corners el equipo blanquiazul ejecutando una y otra vez la misma jugada. Para finalizar la primera mitad, Sancet y el pequeño de los Williams combinaron para crear dos ocasiones en las que estuvieron cerca de adelantar al Athletic antes del descanso, lo que hubiese sido bastante injusto.
En el plan de Valverde no entraba hacer jugar a Iñaki Williams ni a Yuri Berchiche. Tampoco convocar a Gorosabel y Ruiz de Galarreta. Todo ello desembocó en un equipo bastante suplente de cara a la segunda parte conformado por Padilla, Adu Ares, Egiluz, Paredes, Adama, Vencedor, Prados, Serrano, Izeta, Canales y Sannadi.
Antes de que el narrador del partido llegara a la zona de delanteros zurigorris para cantar la alineación, el Alavés ya se había puesto por delante mediante Selu Diallo. Una transición muy mal defendida por el Athletic resultó en una llegada de Abde Rebbach por la izquierda, que solo tuvo que recortar para dejar a su compañero delante de la portería. No fue hasta los últimos minutos que los leones fueron capaces de encerrar al rival en su propio campo, coronando su dominio con una ocasión en el minuto 91, la cual todavía es complicado de explicar como no acabo en el fondo de las mallas. A la salida de un córner, Sannadi se hace con el balón y gana línea de fondo por la izquierda para poner un balón que recorre todo el área pequeña pidiendo que alguien lo remate. Ahí estaba Aitor Paredes, solo en el segundo palo afrontando una de las oportunidades más claras de meter un gol en su carrera. Probablemente ni él sea capaz de darle un motivo a ni rozar el esférico. Entre los asombros del público, el árbitro decidió finalizar el encuentro.
El partido del Athletic será probablemente olvidado en cuanto se empiece a pensar en la cita de este sábado ante el PSV a las 17:30 en Eindhoven. Entre lo más destacado están las actuaciones de Canales tirado a una banda pero actuando como mediocampista escorado en muchas ocasiones y lo punzante que fue Nico Serrano por la derecha, quien ha dejado buenas sensaciones en las dos pruebas de pretemporada. Aunque, como se encarga de repetir Valverde siempre en pretemporada, de estos partidos se pueden sacar pocas conclusiones.
