

La fotografía muestra un amanecer desde el Pagasarri lleno de calma y belleza natural.
El sol se eleva justo por encima de una hilera de montañas, proyectando una luz dorada que se extiende hacia el horizonte. Los rayos iluminan en tonos cálidos las cumbres y valles lejanos, creando un juego de siluetas y capas que se difuminan en la distancia.
En primer plano, la vegetación del monte —matorrales, arbustos desnudos y rocas— aparece en penumbra, destacando con sombras alargadas sobre el suelo. A la izquierda, un árbol desnudo aporta un toque de contraste con sus ramas finas y retorcidas recortadas contra el cielo.
El cielo despejado transita de un azul intenso en la parte superior a un naranja brillante cerca del sol, en un degradado suave que transmite serenidad.
Es una escena que recoge perfectamente la transición de la noche al día, con el Pagasarri como atalaya privilegiada para contemplar el despertar de Bizkaia.