

Esta mañana se ha celebrado un acto en la sala Ganbara de la Casa Cuna de BBK donde se han conmemorado los 40 años de la asociación Askabide. Desde su creación en 1985, Askabide impulsado la inclusión social de personas que ejercen la prostitución en Euskadi. En sus 40 años de historia, Askabide ha logrado ayudar a cientos de personas a salir de situaciones de exclusión y de invisibilidad social.
Para llevar a cabo este cometido, los voluntarios de la asociación colaboran desde hace décadas para ofrecer acompañamiento, orientación y apoyo integral a las mujeres y personas en situación de vulnerabilidad. Su labor se centra en promover la dignidad, la autonomía y los derechos humanos, trabajando desde una perspectiva de género y con un enfoque centrado en la persona.
40 años de Askabide
Durante el acto conmemorativo, se destacó la importancia del compromiso social y del trabajo en red con instituciones públicas y otras organizaciones del tercer sector. Además, se rindió homenaje a las personas fundadoras y a todas aquellas que, a lo largo de estas cuatro décadas, han contribuido al desarrollo y consolidación de Askabide como una referencia en la intervención social en Euskadi.
Miriam Santorcuato, directora de Askabide, ha destacado la labor de los voluntarios. También ha mencionado que el compromiso y responsabilidad social de Askabide no ha cambiado en estos 40 años. También ha hablado sobre el futuro de la asociación, donde recalca especialmente la importancia de mantenerse unidas y de seguir trabajando en colaboración para afrontar los nuevos retos y continuar apoyando a quienes más lo necesitan.
Tras la intervención de Santorcuato, tomó la palabra Juan Mari Aburto, Alcalde de Bilbao, quien dedicó unas palabras a recordar la historia y la evolución del barrio de San Francisco, lugar donde se encuentra la sede de Askabide. Además, puso en valor el papel fundamental que la asociación ha desempeñado en ese proceso.
Asimismo, subrayó la dedicación y el esfuerzo de todas las personas que, desde sus inicios, han formado parte de las actividades de Askabide, contribuyendo con su trabajo y compromiso a mejorar la vida de muchas mujeres y a fortalecer la cohesión social del entorno.
La última intervención la hizo Miren Elgarresta, directora de Emakunde, quien destacó la importancia de la conexión y la colaboración entre diferentes entidades e instituciones para alcanzar un bien común. Subrayó que solo a través del trabajo conjunto es posible avanzar hacia una sociedad más igualitaria, inclusiva y justa.
Mesa redonda
Para poner el broche final al acto, se celebró una mesa redonda en la que participaron tanto personas voluntarias como una de las mujeres acompañadas por la asociación. El encuentro sirvió como un espacio de reflexión y de intercambio de vivencias, en el que se puso en valor la fuerza del compromiso, la empatía y la importancia del acompañamiento humano en los procesos de inclusión social.
En la mesa intervinieron Imanol, Nekane y Nagore, voluntarios y voluntarias de Askabide con trayectorias muy distintas pero unidas por el mismo propósito: contribuir a mejorar la vida de quienes más lo necesitan. Junto a ellos participó Jackeline, una de las mujeres que ha recibido apoyo de la asociación, quien compartió su historia personal y explicó cómo el trabajo de Askabide le ha ayudado a construir un nuevo proyecto de vida.
Durante la conversación, los participantes relataron momentos significativos de su paso por la entidad, destacando el valor de la escucha activa, el respeto y la solidaridad como pilares fundamentales de la labor que realiza la asociación. El diálogo, cargado de emoción y reconocimiento mutuo, permitió poner rostro y voz al impacto real que Askabide ha tenido en la vida de tantas personas a lo largo de sus 40 años de historia.