El Grupo Inditex se ha consolidado como una de las multinacionales más influyentes de la industria textil global. Su historia arranca en Galicia en 1975, cuando Amancio Ortega abre la primera tienda Zara en A Coruña con un modelo de negocio que rompía esquemas. Esto es, ofrecer moda de inspiración internacional a precios asequibles y con una constante renovación de sus colecciones. Lo que en sus inicios parecía un experimento local se transformó en un conglomerado empresarial que hoy agrupa a ocho marcas reconocidas en todo el mundo: Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Lefties.
Durante las décadas de los noventa y los dos mil, Inditex entró con fuerza en Europa, América y Asia, siempre con una estrategia basada en una cadena de suministro ágil y flexible, capaz de llevar un diseño desde la mesa de los creativos hasta la tienda en cuestión de semanas. Esta agilidad se convirtió en una ventaja competitiva que le permitió responder a los cambios de tendencias con una rapidez inédita en el sector.
Paralelamente, el grupo supo anticipar la transición hacia la era digital sin sacrificar la identidad visual de sus espacios físicos. Y es que sus tiendas encontraron en las plataformas online un aliado que replicaba esa misma estética depurada y coherente. Actualmente, Inditex opera en más de 200 mercados, con presencia física en cerca de 90 países, y una cobertura online prácticamente global. Además, su modelo de negocio apuesta por la sostenibilidad y la innovación tecnológica, pilares que le permiten mantener el liderazgo en un mercado cada vez más competitivo.
Inditex en la era digital: ventas online, omnicanalidad y precios accesibles
El salto de Inditex al comercio electrónico ha sido uno de los mayores avances de su historia reciente. En el ejercicio 2024, el grupo alcanzó 10.163 millones de euros en ventas online, cifra que representó el 26,3 % de su facturación total. El canal digital creció un 12 % respecto al año anterior, superando ampliamente el incremento de las ventas físicas, que se situó en el 5,9 %. En 2023, las ventas online fueron de 9.100 millones de euros, equivalentes al 25 % del negocio.
Este crecimiento se apoya en un entorno digital que en 2024 registró 8.100 millones de visitas y 218 millones de aplicaciones activas, lo que afianza a la compañía como un referente del ecommerce global.
Este impulso digital se ha logrado a través de una década de construcción de una estrategia multicanal en la que las tiendas físicas siguen desempeñando un papel esencial. En lugar de convertirse en rivales de sus propias plataformas online, los establecimientos funcionan como puntos de contacto que enriquecen la experiencia del cliente, mientras el comercio electrónico actúa como una extensión natural de la marca.
Los precios tienen un papel clave en este contexto. Las tiendas online de Zara, Pull&Bear, Bershka o Stradivarius se han caracterizado por ofrecer ropa de moda a un coste accesible para la mayoría de consumidores. Esta política de precios permite que amplios segmentos de la población accedan a diseños actuales. A todo ello se le suman las promociones temporales y ofertas exclusivas, que aprovechan los usuarios más atentos.
En concreto, los códigos de descuento están cada vez más presentes en distintas plataformas digitales. Estos códigos permiten reducir el precio final de los artículos, además de haber adquirido un papel muy relevante en la estrategia de fidelización. Por ejemplo, en el caso de Bershka, es habitual encontrar descuentos aplicables a categorías específicas o compras superiores a un determinado importe, lo que refuerza la conexión con un público joven que busca moda rápida y asequible sin renunciar al diseño. Además, los cupones activos para Bershka multiplican la percepción de accesibilidad sin poner en cuestión la calidad percibida de su amplia gama de productos.
Los códigos descuento actúan de ese modo como una herramienta que se integra con naturalidad en el engranaje digital del grupo, al mismo tiempo que incentivan la recurrencia en las compras y consolidan una relación de largo plazo con los consumidores.
La evolución del ecommerce de Inditex
El recorrido digital de Inditex comenzó con pasos prudentes, pero cada uno de ellos fue estratégico. En 2007 se lanzó la tienda online de Zara Home, que sirvió como laboratorio para testar la respuesta de los consumidores. El verdadero salto llegó en 2010 con Zara, cuya tienda online marcó el inicio de una expansión progresiva hacia mercados clave como China, Estados Unidos, México y distintos países europeos entre 2010 y 2016. La compañía entendió pronto que su alcance global necesitaba alianzas estratégicas, lo que la llevó a integrarse con marketplaces como Tmall en China y Asos en Europa.
El sistema de stock integrado (SINT), junto con la implementación de etiquetas RFID, permite controlar inventarios en tiempo real y agilizar la gestión de pedidos. Esta innovación facilitó modelos híbridos, como comprar online y recoger en tienda, que mejoraron la eficiencia y la satisfacción del cliente. Paralelamente, Inditex ha experimentado con espacios físicos diseñados bajo un concepto digital, como la tienda Zara en Londres enfocada en la experiencia tecnológica.
Además, iniciativas como Zara Pre-Owned, que promueve la reutilización y reventa de prendas, o la colaboración con startups textiles para desarrollar materiales alternativos, subrayan el interés de la compañía por combinar rentabilidad con responsabilidad medioambiental.
Hoy el comercio electrónico es uno de los ejes más sólidos de su modelo de negocio. La creación de la plataforma Inditex Open Platform (IOP) ha reforzado la integración tecnológica entre marcas, mientras los centros logísticos de gran escala, como la Plataforma Europa, permiten responder a la demanda con rapidez y precisión. Servicios avanzados como la entrega en el mismo día completan un panorama en el que la innovación logística y digital son señas de identidad del grupo.
Así que, aunque Inditex no fue pionera en la digitalización, ha sabido construir un camino firme hacia el liderazgo. Su estrategia online, marcada por la integración de canales, el uso de la tecnología y la apuesta por la sostenibilidad, proyecta un futuro en el que el comercio electrónico será uno de los pilares fundamentales de su crecimiento tanto en mercados consolidados como en territorios emergentes.