
Los leones han aprovechado este parón liguero para cargar las pilas y afrontar con frescura el calendario que se les avecina, con seis partidos en tres semanas, desde este domingo que visitan al Elche hasta que reciban al Oviedo de Luis Carrión el 9 de noviembre en San Mamés. Luego llegará el siguiente parón FIFA con el Euskal Selekzioa – Palestina en La Catedral.
En liga tienen marcado en rojo los dos encuentros de casa ante Getafe y Oviedo. Es cierto que los madrileños se les vienen atascando a los de Valverde en los últimos años, pero después de la mala racha que se rompió con el triunfo ante el RCD Mallorca, los zurigorri no pueden ceder más puntos en su feudo ante rivales, a priori, tan propicios como el de Bordalás y un recién ascendido.
Fuera de casa sube siempre el nivel de dificultad comenzando con el Elche de Eder Sarabia que está firmando un gran arranque de temporada desplegando un fútbol vistoso. Buena piedra de toque para ver cómo les ha sentado el descanso. La otra salida les llevará cerca, hasta Donosti para vivir siempre uno de los duelos más especiales del curso futbolístico. Se espera que los de Txingurri puedan hacer un buen acopio de puntos para colocarse en la zona noble de la tabla y compensar así la mala racha de septiembre.
Reacción en Champions
Si la competición doméstica es importante, que vamos a decir de la liga de Campeones donde aún no se ha sumado ni un solo punto tras las derrotas ante Arsenal y Borussia Dortmund. La visita del Qarabag va a resultar mucho más complicada de lo que la mayoría de los aficionados rojiblancos cree, pero no es menos cierto que si no consigues ganar al equipo azerí, tus opciones de luchar por la siguiente ronda caen drásticamente. Es una final en toda regla.
Con los, ojalá, tres puntos del Qarabag en el zurrón, habrá que viajar a Newcastle para rememorar un enfrentamiento vintage entre ambos equipos. Muchos aficionados bilbaínos aún tienen en la retina aquella eliminatoria de la UEFA en la temporada 94/95 cuando dos bacalaos de Suances y Ziganda trajeron viva aquella segunda ronda continental en la que Kuko puso la guinda en San Mamés con un disparo mordido. Dos aficiones hermanadas desde entonces en la distancia.
Recuperar efectivos
Gran parte de la reacción del Athletic en esta fase del calendario pasa en gran medida por la recuperación de todos sus jugadores o al menos, gran parte de ellos. Se espera que los lesionados como Oihan Sancet, Iñaki Williams, Álex Berenguer o Mikel Vesga puedan ir entrando en el equipo para elevar el nivel de exigencia. Entre lesionados y que alguno de ellos no ha estado a su mejore versión, el rendimiento colectivo ha bajado muchos enteros con respecto a lo ofrecido otras temporadas.
Si Ernesto Valverde empieza a contar con su plantilla más o menos habitual, al margen de Yeray o Prados, y éstos responden como suelen hacerlo, el futuro del equipo se ve con mayor optimismo. A esto hay que sumar el paso adelante que se espera de jugadores como Areso o Rego que aún siguen en proceso de adaptación, para elevar el nivel colectivo. El partido del Martínez Valero servirá para calibrar la recuperación del Athletic y comprobar que el triunfo ante el Mallorca no fue solo un espejismo.