La 60ª edición de Durangoko Azoka ha confirmado su consolidación como festival de la cultura vasca, con una afluencia masiva que ha desbordado todos los espacios de la feria. Según la organización, el evento ha demostrado gozar de una «muy buena salud» y ha mostrado un crecimiento sostenido en público, actividades y repercusión.
En base al estudio presentado por Siadeco en esta edición, se ha destacado que el 90% de los asistentes repite cada año, aunque el flujo de nuevas visitas también ha sido constante. Además, dos tercios del público es menor de 45 años, lo que garantiza un relevo generacional en el apoyo a la cultura vasca.
Una feria con mirada al futuro
La edición de este año ha estrenado dos nuevos espacios con vocación de continuidad. Por un lado, Berbagailua, centrado en el formato podcast. Ha acogido una docena de grabaciones en directo en euskera, con gran acogida de títulos como BaDAbil, Benetan zabiz y Belarrijana. Por otro lado, el espacio Atartea, situado en el Museo de Arte e Historia de Durango, ha ofrecido una exposición de ilustradores y presentaciones artísticas con una respuesta muy positiva.
Además, la organización ha celebrado el éxito de la programación nocturna. Una programación ha llenado todos los conciertos y actos culturales más allá del horario de Landako Gunea.
Cultura joven y compromiso educativo
Dos de las actividades más destacadas han sido Ikasle Goiza y Gazte Eztanda, propuestas dirigidas al público más joven. La primera jornada de feria reunió a alumnado de todo Euskal Herria, llegados en más de 160 autobuses y trenes, que participaron en talleres y actividades educativas. Por su parte, Gazte Eztanda, centrada en los intereses de la juventud, evidenció una participación masiva durante toda la jornada del sábado.
Una feria que deja huella más allá de diciembre
Los organizadores han subrayado que la influencia de Durangoko Azoka no termina con el cierre del recinto. De hecho, su efecto se prolonga durante las semanas posteriores, promoviendo la difusión y el consumo de productos culturales en euskera.
El impacto económico, social y cultural de la feria, aseguran, se refleja en el aumento de ventas, la visibilidad de los creadores y el fortalecimiento del sector. «Durangoko Azoka ocupa un lugar central en la cultura vasca, no solo por lo que representa como feria, sino por su papel como motor de creación», han destacado.
Compromiso colectivo con la cultura en euskera
La organización ha agradecido la actitud ejemplar de visitantes, artistas y colaboradores, destacando que «la feria ha sido un éxito colectivo que muestra el camino hacia el futuro». Este año, el lema “Kulturaren Jaialdia” ha subrayado la dimensión festiva y participativa de un evento que sigue reinventándose tras seis décadas de historia.
«Zorionak a todas las personas que han hecho posible esta edición. Sigamos impulsando la creación y la cultura en euskera», han concluido.