Social y religión
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Alicia Suso, miembro del equipo de Enfoque de Género de Cáritas Bizkaia, afirma que hay que seguir trabajando para eliminar esta lacra en nuestra sociedad. También para seguir denunciando esta situación. «Aplicar el enfoque de género en la tarea que hacemos con las personas en situación de vulnerabilidad no es una cuestión de elección». «Si queremos mejorar la vida de las personas que acompañamos hay que tener en cuenta el enfoque de género», señala Alicia.
Línea de intervención de Cáritas Bizkaia
Cáritas tiene un porcentaje muy elevado de mujeres atendidas y también de mujeres profesionales y voluntarias. La línea de intervención de Cáritas Bizkaia es el trabajo por la igualdad. Alicia subraya que «se debe aplicar una mirada de género en el acompañamiento haciendo además, una tarea transversal en la entidad». «Hay que crear espacios para ganar en igualdad dotándonos de herramientas y generando pensamiento, discurso y sensibilizando sobre esta cuestión».
«No podemos aplicar la misma mirada a hombres y mujeres cuando hablamos de intervención social o cuando hablamos de mejora de condiciones de vida», asegura Alicia. Hay una desigualdad que es estructural que también ocurre en el ámbito de la exclusión social. Hay que ser conscientes de que esta brecha es una realidad.
Tampoco hay que olvidar los rostros de mujer en la desigualdad de género. Y otra clave es la interseccionalidad. «Detrás de esta palabra compleja lo que hay es la evidencia de que distintas opresiones no se suman sino que interactúan entre sí generando situaciones de vida muy duras. Una mujer migrada que no habla bien nuestro idioma y que además es pobre tiene más dificultades para lograr la inclusión que una mujer de aquí, por ejemplo», añade Alicia.
También hay que identificar algunas desigualdades que pueden estar ocultas. Hay que visibilizar estas realidades. Alicia señala que «es muy interesante observar cómo la exclusión se manifiesta de manera diferente en el caso de los hombres y en el caso de las mujeres. Resulta muy significativo cómo la violencia de género ha ido marcando la propia vida de las personas que atendemos. No podemos mirar para otro lado. Nos toca ir generando respuestas en el acompañamiento a estas personas desde claves muy concretas. Algo muy delicado pero hay saberlo hacer. Preocuparnos y ocuparnos en ello».
Herramientas
Hay que poner herramientas concretas en los profesionales y voluntariado de Cáritas para no seguir ahondando en esas desigualdades. Hay que tratar de superarlas. Alicia reconoce que «muchas veces no es fácil intervenir en el ámbito de la exclusión social con una mirada de género. El hecho de que atendamos a muchas mujeres no garantiza que las estemos atendiendo desde esa mirada de igualdad o de equidad».
«Necesitamos herramientas concretas. Estamos en ello. Estamos viendo cómo tenemos que intervenir para que las mujeres se sientan libres para poder trabajar en unos y otros ámbitos. Estamos trabajando para hacer una acogida en la que afloren también cuestiones que tienen que ver más con lo emocional que con lo racional y tratar de recoger y traducir eso».
«Que las mujeres sean protagonistas de su propio proceso de inclusión desde la clave del empoderamiento. También hay que interpelar a los hombres», concluye Alicia.
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