Social y religión
El 27 de septiembre de 2022 se inauguraba el Curso oficial del Seminario Diocesano de Bilbao. Ignacio Fernández, Rector, y Manu De Las Fuentes, Director Espiritual, junto a Miguel Vera, como Director de Estudios, componen el nuevo equipo formativo desde este curso. Manu De Las Fuentes afirma que «director está bien pero quizás todavía mejor acompañante espiritual. No se trata nunca de decir lo que tienen que sentir, lo que tienen que pensar, lo que tienen que hacer sino de ayudarles en esa experiencia interior que van haciendo del encuentro con Dios, del discernimiento de su vocación y de la configuración de su persona con esa figura futura de ser cura, de ser pastor. Manu De las Fuentes: «Mi tarea es acompañar la experiencia espiritual de los seminaristas».
Seminaristas
Manu señala que «en estos primeros meses estamos tratando de hace equipo con los formadores. Nos tenemos que ir haciendo con la tarea y saber cuál es el papel de cada uno. También ir entrando en la convivencia con los seminaristas. Compaginamos las tareas pastorales con la tarea de presencia en el seminario».
En este curso pastoral hay siete seminaristas, de los cuales tres viven propiamente en el seminario y los otros cuatro están en fases pastorales, viven fuera del seminario y únicamente vienen los jueves y los viernes.
«La convivencia en el seminario es una convivencia grata, natural. Estoy un par de días para comer, para cenar y algunas tardes que estoy con ellos. El ambiente comunitario hace la formación».
Manu comenta que «en estos momentos hay una etapa inicial de discernimiento de la vocación. Una segunda etapa, de configuración, donde se tiene que ir configurando la persona como pastor. Y la tercera etapa pastoral, de síntesis vocacional antes de ser cura».
Retos
Manu asegura que «llevamos varios años con un número pequeño de seminaristas. Tenemos que hacernos a números pequeños no sin buscar nuevas vocaciones. Es importante la pastoral vocacional pero no tenemos que obsesionarnos con el número y deberíamos centrarnos en la calidad de la formación. Tenemos que ayudar al seminarista a entrar en su propia vida, a ser conscientes de su propia persona y a ser muy conscientes de la calidad social. Llegar a sintonizar con la sociedad y cómo el cura puede ser aquel que acompaña la comunidad, hacer de la Iglesia un testigo realmente significativo de Jesucristo y de su Evangelio».
Acompañar al seminarista
Manu destaca que «acompañar al seminarista es ayudarle a escuchar realmente lo que entiende que Dios le dice. A comprender la llamada de Dios desde lo que él es, desde sus dones y desde sus límites. Entender qué es lo que le está pasando, entender cómo Dios le está moviendo por dentro. Entendiendo cómo la vida es una ocasión para responder a la llamada de Dios. Entender cómo Dios nos va configurando a través de una vida pero plenamente asumida. Es un trabajo interno de los seminaristas y que el acompañante espiritual tiene que ayudarle a entender y a desarrollar».
«La llamada es a cuidar nuestra propia vocación, si cada creyente cuidamos nuestra propia vocación sin duda ayudaremos a los demás a que desarrollen también su propia vocación», concluye Manu De las Fuentes.
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