Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, ha compartido en Radio Popular Herri Irratia su mensaje de convivencia y esperanza. El Cardenal ha sido el protagonista de la entrevista de EgunOn Bizkaia, con Koldo Campo.. Durante su intervención, el cardenal ha compartido sus experiencias, reflexiones y perspectivas sobre su labor pastoral en Marruecos, un país donde los católicos representan una pequeñísima minoría.
Desde Berriz, donde ha estado acompañando ejercicios espirituales con sacerdotes y diáconos, el Cardenal López ha destacado la importancia de la convivencia fraterna. Además, ha recordado su participación en un reciente encuentro en el Instituto de Pastoral, donde compartió las inquietudes y realidades que vive la comunidad cristiana en el norte de África.
Una comunidad significativa en medio de la minoría
El cardenal ha subrayado que, aunque la comunidad católica en Marruecos apenas alcanza los 30.000 fieles entre 37 millones de habitantes, su presencia es profundamente significativa. “Tenemos un mensaje que comunicar tanto a la Iglesia Universal como al mundo entero”, ha afirmado. También ha destacado el papel del diálogo interreligioso y la colaboración entre diferentes confesiones religiosas en Rabat, promoviendo la fraternidad y el entendimiento mutuo.
López ha explicado cómo el rey de Marruecos, Mohamed VI, se considera “Amir al-Muminín” (“Príncipe de los Creyentes”), garantizando la libertad de culto no solo para los musulmanes, sino también para los judíos y cristianos que residen en el país. “No solo somos tolerados, sino aceptados, apreciados y queridos”, ha asegurado.
Desafíos sociales y económicos en Marruecos
En cuanto a los aspectos sociales, el cardenal ha descrito a Marruecos como un país en rápido desarrollo industrial y turístico. Con un crecimiento económico que supera al de Europa, ha resaltado cifras como la producción anual de un millón de coches y los 17,5 millones de turistas alcanzados en 2024, un objetivo que inicialmente estaba proyectado para 2026. Sin embargo, también ha mencionado los retos derivados de la sequía y el proceso de transformación social por la migración interna desde el campo hacia las ciudades.
El cardenal también ha reflexionado sobre la migración internacional, destacando las dificultades que enfrentan los jóvenes marroquíes al encontrarse “prisioneros” de las fronteras cerradas. Ha denunciado la hipocresía y desinformación sobre el fenómeno migratorio, señalando cómo los migrantes contribuyen tanto a las economías de los países receptores como a las de sus comunidades de origen.
Un llamado a la humanidad y al diálogo
El Cardenal López ha destacado la importancia de ver a los migrantes como personas, más allá de etiquetas o circunstancias pasajeras. “Lo importante es reconocer que son seres humanos con los mismos derechos”, ha declarado, apelando a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Finalmente, el cardenal ha compartido un mensaje de esperanza, señalando que en Marruecos cristianos y musulmanes conviven en paz y colaboran en ámbitos como la salud, la educación y los derechos humanos. “Es posible vivir en amistad y construir juntos un mundo mejor”, ha concluido.
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