El Día de los Inocentes ha vuelto a poner el foco en una tradición que muchas familias asocian a la infancia: los artículos de broma. En el bilbaíno comercio Disfraz Jaiak , Aingeru ha explicado que las inocentadas se siguen haciendo y que, pese a los cambios de hábitos, el humor todavía encuentra su hueco.
“Tienes que seguir estando en alerta”
Nada más comenzar la charla, Aingeru ha lanzado un aviso con tono divertido: «tienes que seguir estando en alerta» porque «las bromas siguen estando en auge». Ha subrayado que, aunque los medios ya no publican inocentadas como antes, la gente mantiene la costumbre y entra a la tienda buscando ideas para gastar alguna.
Los clásicos no fallan: bomba fétida, pedorreta y caca falsa
En el repaso a los productos más demandados, Aingeru ha sido claro: «la bomba fétida es el top de las bromas» y se vende durante todo el año. Junto a ella, han seguido funcionando los clásicos que pasan de generación en generación: la «típica pedorreta» y la «clásica caca» para colocar en la alfombra y provocar el susto.
Aingeru ha contado que muchas personas entran con sus hijos y le dicen: «Esta broma la hacía yo cuando era pequeño». Según ha señalado, ese componente familiar sostiene una tradición que se vive, sobre todo, entre niños, aitites y amamas.
Menos tiendas, más búsqueda: “no encontramos en más sitios”
El responsable de Disfraz Jaiak ha descrito un cambio evidente: han desaparecido muchas tiendas pequeñas que antes vendían bromas todo el año. Hoy, quien busca este tipo de artículos suele acudir a comercios especializados en fiestas y disfraces.
En ese contexto, Aingeru ha explicado que a menudo le repiten una frase: «venimos aquí porque sabemos que aquí tenéis bromas» y «no encontramos en más sitios». Ha reconocido que no es el producto con más margen, pero ha defendido mantenerlo por “esencia” y por diferenciación.
De las bromas “pesadas” a opciones más “light”
La conversación también ha abordado cómo ha cambiado el catálogo. Aingeru ha recordado que algunas bromas de comida se han retirado por sanidad: bombones con sorpresa desagradable o el azucarillo con mosca, por ejemplo.
En su lugar, la tienda ha apostado por propuestas más aptas para todos los públicos: anillo que echa agua, mechero que echa agua, jabón que mancha las manos. Sobre el cigarro que explotaba, ha indicado que se sigue vendiendo, pero se pide menos porque se fuma mucho menos que antes.
Novedades que vuelan: el bote de patata sorpresa
Entre las nuevas apuestas, ha destacado el bote de patata sorpresa, que se ha agotado en la web y que “va a venir esta semana”. Ha explicado el funcionamiento: parece un tubo de patatas, alguien lo abre… y salta un muelle disparado. También existe una versión infantil, con un bote de chicles de fresa.
Proveedores europeos y pedidos online
Aingeru ha afirmado que los fabricantes de bromas han ido desapareciendo, pero ha explicado que la tienda busca opciones durante el año para incorporar “una o dos, tres bromitas nuevas”. Ha citado proveedores en Italia y Reino Unido, además de producto nacional.
