Con el inicio de un nuevo año y la entrada en vigor de nuevas normativas, se prevén importantes cambios en el panorama regulatorio de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados con la nicotina. La reciente preocupación por el impacto de los vapeadores en la salud de los jóvenes ha llevado a la reforma del Real Decreto de 2017. Y se busca mitigar los riesgos asociados al consumo de estos dispositivos, especialmente entre los menores de edad. Según Raquel Fernández Megina, presidenta de la organización NoFumadores.org, más del 54% de los adolescentes españoles entre 14 y 18 años han probado el vapeo. Y más del 20% de ellos lo consumen a diario. Este alarmante dato pone de manifiesto cómo el vapeo ha pasado de ser una alternativa para dejar de fumar a convertirse en una vía de iniciación a la nicotina para las generaciones más jóvenes.
El impacto de las Redes Sociales
Los sabores y aromas atractivos de los vapeadores, diseñados para captar la atención de los consumidores, se señalan como un factor clave en esta problemática. La nueva normativa busca eliminar estos sabores, así como regular el empaquetado, que frecuentemente utiliza diseños llamativos que resultan especialmente atractivos para los menores. Además, el papel de las redes sociales también ha sido destacado como un motor de promoción del vapeo entre los jóvenes. Fernández Megina subraya que la exposición al «humo digital» en plataformas digitales es masiva, con 9 de cada 10 adolescentes expuestos a este tipo de contenido. Por su parte, la industria argumenta que los vapeadores son herramientas para adultos que desean dejar de fumar. Pero en realidad han sabido aprovechar la falta de regulación para promocionarlos de manera efectiva entre los más jóvenes.
Consumo dual
Otra preocupación creciente es el uso dual. Es decir, combinar cigarrillos tradicionales con electrónicos. Según estudios, esta práctica puede aumentar en un 40% las probabilidades de desarrollar cáncer en comparación con fumar exclusivamente cigarrillos convencionales. Por todo ello, la futura normativa pretende, además, reforzar el control de la venta de estos productos. Y limitarla exclusivamente a estancos. Además, establece sanciones más severas para quienes incumplan las restricciones, incluyendo el cierre de establecimientos. Así, España sigue los pasos de países como Bélgica y Países Bajos, que ya han prohibido los sabores en cigarrillos electrónicos y regulado estrictamente otros productos de nicotina. Como por ejemplo, las bolsitas saborizadas. El objetivo a largo plazo, según la portavoz de NoFumadores.org, es lograr una generación libre de tabaco para 2030. Para ello, será fundamental reforzar las medidas educativas y legislativas que desnormalicen el consumo de estos productos, salvaguardando la salud de los ciudadanos y fomentando un entorno libre de humo.
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