Hablamos con Alejandro Fernández, director general de la Fundación Eroski

Se ha conseguido una mayor transparencia en las etiquetas de vinos y cervezas, mientras las bebidas espirituosas se resisten

Podcast Sociedad

El nuevo etiquetado de las bebidas alcohólicas: más información para el consumidor, menos secretos para la industria

Exposición de vinos en un comercio / Travelzoa/ DepositPhotos
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Desde diciembre de 2023, la industria del vino y la cerveza en Europa ha tenido que adaptarse a nuevas reglas que buscan beneficiar al consumidor. Estas normativas obligan a incluir información detallada sobre ingredientes, alérgenos e impacto nutricional en las etiquetas. Se trata de un cambio que también alcanzará a otras bebidas alcohólicas en un futuro próximo. Alejandro Martínez Berriochoa, director general de la Fundación Eroski, ha destacado  que «esta regulación elimina una histórica exención de la que gozaban los vinos y cervezas, permitiendo a los consumidores tomar decisiones más informadas. Según la normativa, los productos elaborados desde 2024 ya deben detallar aspectos como las calorías, los ingredientes (por ejemplo, sulfitos) y otros datos nutricionales. Esto puede hacerse directamente en la etiqueta o a través de un código QR».

Obstáculos de la industria

Sin embargo, el proceso ha encontrado obstáculos. El vino, por ejemplo, debido a su larga vida útil, puede seguir en el mercado sin cumplir la nueva normativa si fue producido antes de su entrada en vigor. Aunque las pequeñas bodegas y cervecerías artesanales tienen dificultades para adaptar sus procesos. Y en cuanto a las bebidas espirituosas, como el whisky o el coñac, la resistencia del sector ha retrasado la implementación de estas exigencias. Según Martínez Berriochoa, esto se debe a que la divulgación del contenido calórico y nutricional podría desalentar el consumo, algo que la industria busca evitar.

Derechos del consumidor

El papel de los consumidores también es clave. Martínez Berriochoa ha enfatizado la importancia de exigir información clara, como ya sucede con otros productos alimenticios. Desde conocer los alérgenos hasta el impacto ambiental de los métodos de producción. La transparencia debería ser un estándar en todos los sectores. A pesar de las resistencias, el cambio avanza. En un mundo donde los consumidores buscan mayor conciencia sobre lo que consumen, esta normativa representa un paso hacia adelante en la protección de los derechos de los ciudadanos.


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