Fiesta de San Felicísimo este lunes 6 de junio. Se celebra el lunes después de Pentecostés. P. David recuerda que se realiza desde 1886 esta fiesta de «nuestro querido mártir San Felicísimo». Durante todo el día se darán bendiciones en la Capilla del mártir en la Iglesia de San Felicísimo de Deusto. Además en la Potería del Convento se recibirán las intenciones para las misas. Ángeles Erroteta, Servidora de la Parroquia, comenta que «han estado pegando carteles de la Romería estos días en distintos lugares de Bizkaia como en la comarca de Gernika, e incluso en Noja, Cantabria».
Peregrinos
P. David afirma que históricamente han venido muchas personas de Gipuzkoa. También, muchos peregrinos de Galicia. «Autobuses enteros» de esos lugares. Muchos procedentes de Alava, Cantabria y de Burgos. «Siempre se ha dicho que el Santuario de Nuestra Señora de Begoña es el mas visitado. Después, el Santuario de San Felicísimo». Comenzó siendo pequeño pero debido a la afluencia de gente que había hubo que agrandarlo. En estos momentos «es la Iglesia más grande de Bizkaia». La pandemia ha restado afluencia pero espera que vaya recuperándose. Cuando se levantó el nuevo Santuario en 1962 el Provincial que lo construyó dijo: «vamos a hacer un Santuario grande de manera que aquellos que vengan en el tren, en el autobús, de la carretera, digan dónde está San Felicísimo y ya desde allí se vea la gran Cruz«.
Historia
P. David repasa algunos acontecimientos históricos.
«Cuando la noble familia italiana Laurentini entregó las reliquias del mártir San Felicísimo a la guarda y custodia de la congregación pasionista en 1996, enseguida, el P. general Bernardo María Silvestrelli pensó en la reciente fundación de Bilbao, 1880. Y así , el 13 de Mayo de 1886, a las 20:30 h. llegaba al puerto de Bilbao San Felicísimo, para hacerse con nosotros un Bilbaíno más».
«Ya en el transcurso realizó su primera intercesión para que se realizara un milagro. En el camino de Marsella a Bilbao, un fuerte temporal sorprendió al barco Itálica, de la naviera Vasco-Andaluza que trasladaba los restos de nuestro santo. Ante una muerte segura, el capellán del barco llamó a la conversión e impartió la absolución general a todos los pasajeros. Recordando el capitán del Itálica que viajaba en el barco tan ilustre pasajero, San Felicísimo, invitó a todos a rezar e invocar la intercesión del Santo. Así, acto seguido, amainó de repente la tempestad».
«De esta manera entró San Felicísimo, entre grandes loores y ambiente de fiesta, al puerto de Bilbao. Desde entonces miles de peregrinos se acercan al Santuario pidiendo favores y gracias a este mártir que vino de Roma pero ya se ha hecho un bilbaíno más».
Y así empezó a celebrarse la romería. Con caramelos, rosquillas y música. «Me gusta mucho el ambiente que se vive este día. Es un ambiente muy bonito. Fraterno y de alegría», concluye Ángeles.
«La gente que viene entra a hacer una visita al Santo. A celebrar la Eucaristía. Se confiesa y recibe la bendición. Y fuera hay un momento de compartir con los amigos, con los compañeros que vienen», destaca P. David.
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