

Gelati Gelati nació en 2005 por una historia de amor entre un italiano y una vasca, pero el flechazo más duradero ha sido con el helado. En el obrador ubicado en Maruri-Jatabe, este proyecto iniciado por Diego Guglielmi y su hermano Gino ha apostado desde sus inicios por el producto local, la elaboración artesanal y los sabores sorprendentes.
Bollo de mantequilla, txuleton o pepino: todo cabe en un helado
Uno de los sellos de identidad de Gelati Gelati es que el protagonista de cada sabor es siempre el producto real. El bollo de mantequilla de Bilbao, por ejemplo, se convierte en helado con todo su sabor original porque se utiliza el bollo auténtico en su elaboración. Lo mismo ocurre con el de pepino, pasas al ron o incluso el de txuleton, que ha sorprendido a los propios locutores durante la visita.
Encargos a medida y sabores imposibles
Con más de 250 referencias, Gelati Gelati tiene una carta en constante ampliación. Muchos sabores surgen del encargo de chefs y restaurantes que piden helados específicos para acompañar sus platos o sorprender en eventos. El sorbete de percebes o el helado de caracoles con salsa son ejemplos que han desafiado los límites de lo esperado. Durante la entrevista, el equipo del programa preguntó si sería posible elaborar un helado de jamón ibérico para una boda, y desde Gelati Gelati confirmaron que pueden personalizar cualquier sabor a petición del cliente. Además, ofrecen opciones veganas elaboradas con aquafaba, lo que permite una textura cremosa sin base láctea.
Helado para todo el año y para todos los gustos
Aunque el consumo de helado está muy ligado al verano, producen helado durante todo el año. Llegan a elaborar hasta 5.000 litros diarios en agosto y abastecen a más de 400 restaurantes en Bizkaia. Su gama incluye polos, sándwiches helados, tartas, tiramisú y más, adaptándose a la demanda de una clientela cada vez más abierta a probar nuevos sabores.
Una filosofía vasco-italiana que mira al futuro
La combinación de la tradición heladera italiana con los productos del entorno les ha permitido crecer sin perder su esencia. Desde su tienda original en Santutxu han dado el salto a la distribución nacional y ya están trabajando en su expansión a Francia y Portugal. El objetivo es claro: seguir compartiendo el helado como una experiencia cultural, gustativa y emocional para todo tipo de paladares.