La profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Clara Inés Guilló Girard, ha explicado esta mañana en los micrófonos de EgunON Magazine, los riesgos que entrañan los filtros digitales en redes sociales, especialmente entre las mujeres jóvenes, dentro del marco del curso de verano de la UPV/EHU titulado “Pensando un Internet seguro y feminista para las generaciones futuras”.
Durante su intervención, Guilló ha recordado cómo los filtros que antes se percibían como un simple juego –“unas orejitas de conejo o una nariz de oso”– han dado paso a herramientas que moldean los rostros para adaptarlos a cánones estéticos irreales.
Preocupación real
“Nos tiene que preocupar bastante”, ha afirmado con contundencia, porque estos filtros generan una distorsión corporal que afecta directamente a la percepción que muchas mujeres tienen de sí mismas.
“La normalización de esa distorsión puede llegar a que las mujeres solo se vean bien cuando tienen un filtro”, ha subrayado.
Guilló ha alertado de que este fenómeno, alimentado por algoritmos que premian la imagen “mejorada”, está vinculado a un incremento de sentimientos depresivos, sobre todo entre adolescentes. “Hay suficiente evidencia científica que nos permite afirmar que el exceso de consumo de contenidos digitales provoca cierta distorsión cognitiva”, ha señalado.
Represalias digitales
En la conversación también han denunciado que quienes se atreven a romper con esta estética dominante suelen ser objeto de represalias en el entorno digital. Como ejemplo, el caso reciente de Pamela Anderson, quien ha recibido críticas por mostrarse sin maquillaje o sin retoques en eventos públicos. “Cuando una mujer decide ser más libre, tiende a ser criticada y vilipendiada”, ha afirmado, denunciando el sistema de disciplina patriarcal que controla la imagen femenina incluso en el entorno digital.
Otro de los focos de su intervención ha sido la misoginia online, una realidad cada vez más visible. Guilló ha señalado que las redes sociales monetizan los comentarios negativos y el malestar de las mujeres, y ha reclamado acabar con la impunidad de estos ataques. “Las plataformas deben regirse por normas democráticas, y eso incluye el derecho de las mujeres a no ser violentadas”, ha afirmado.
Restricción legal
Preguntada sobre la posibilidad de restringir el acceso a redes sociales en menores de edad, ha defendido la necesidad de una regulación más firme:
“Sabemos que cuanto más joven es una persona, más vulnerable es al impacto negativo del entorno digital”, ha recordado, citando consecuencias como trastornos alimentarios, aislamiento o sentimientos de inferioridad.
También ha hecho un llamamiento a las familias para que vigilen más activamente los contenidos que consumen sus hijos e hijas en redes como YouTube o TikTok. “No se trata de dibujos animados, sino de contenidos no regulados que generan complejos en niñas que no deberían tenerlos”, ha afirmado.
Responsabilidad colectiva
Guilló ha concluido su intervención defendiendo un enfoque crítico y feminista sobre el uso de las tecnologías y la exposición digital, especialmente entre la población más joven, y ha insistido en la responsabilidad colectiva a la hora de construir un Internet más sano e igualitario.
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