En la sección TOURrescusa de EgunOn Magazine, nos hemos desplazado hasta Galdames para visitar uno de los tesoros más impresionantes de nuestro territorio. De la mano de Patricio Careaga, responsable de Torre Loizaga, hemos descubierto los secretos de esta fortaleza del siglo XIII reconvertida en un museo de referencia mundial.
La Torre Loizaga no es solo un monumento arquitectónico; es el estuche de una colección inigualable. Tal y como nos ha explicado Patricio Careaga, todo comenzó con la pasión del empresario y coleccionista local Miguel de la Vía. Él fue quien, en 1985, reconstruyó esta torre para albergar su gran pasión. Aunque su idea inicial era simplemente restaurar la torre, el proyecto ha evolucionado hasta convertirse en lo que hoy conocemos: la colección de Rolls-Royce más completa de Europa.
Una colección única en el mundo
Durante nuestra visita, hemos podido comprobar la magnitud de este patrimonio. La colección cuenta con un total de 45 vehículos de la marca británica, abarcando modelos desde 1910 hasta 1998. Sin embargo, el dato que realmente ha sorprendido al equipo de EgunOn Magazine es que Torre Loizaga posee la serie completa de los modelos Phantom, del I al VI. Según ha detallado Careaga, solo existen otras dos colecciones en el planeta que puedan presumir de este hito: una en Rumanía y otra en Los Ángeles.
Entre las joyas que hemos visto, destaca un Silver Ghost de 1910, el modelo más antiguo que conservan, y un espectacular Phantom IV. Este último tiene una historia fascinante: solo se fabricaron 17 unidades en todo el mundo. De esas 17, tres fueron para Francisco Franco (hoy propiedad de Patrimonio Nacional), tres para el Emir de Kuwait y otras para la realeza británica. La unidad que se ha exhibido en Galdames perteneció originalmente al Emir de Kuwait.
Mecánica viva y otras joyas
Un aspecto fundamental que ha remarcado Patricio es que no se trata de una exposición estática. «Todos los coches de la colección funcionan», ha asegurado. Gracias al trabajo de los mecánicos de la casa, David y José Ángel, los vehículos se mantienen «vivos», saliendo a rodar por la finca para garantizar su conservación, aunque solo el personal autorizado puede conducirlos.
Además de los Rolls-Royce, la colección incluye otras 37 marcas. Nos ha llamado poderosamente la atención un Lamborghini Countach de 1982, que curiosamente fue el Safety Car en el Gran Premio de Mónaco de aquel año. La Torre Loizaga abre sus puertas al público los domingos y festivos nacionales, permitiendo a los visitantes disfrutar de este entorno privilegiado en Enkarterri.
