La humedad de los bañadores o el aumento de la sudoración hacen que el riesgo de padecer una infección ginecológica aumente un 50% durante el verano. Y es que el calor y la humedad ayudan a generar el ambiente propicio para que los hongos proliferen en la zona genital. La Sociedad Española de Ginecología y obstetricia (SEGO) recomienda mantener la zona seca en la medida de lo posible tras el baño en la playa o en la piscina. Porque llevar un bañador mojado muchas horas contribuye a la proliferación de infecciones. Lo mejor es cambiarse a menudo de bañador y no esperar a que la prenda se vaya secando en nuestra propia piel. Además, el doctor Txantón Martínez- Astorquiza, presidente de SEGO, nos ha asegurado que el agua del mar es más sana que el agua de las piscinas.
Cistitis y hongos
El doctor Martínez- Astorquiza advierte que hay que distinguir entre la cistitis y las infecciones por hongos. La cistitis afecta al sistema urinario y se trata con antibióticos siempre tras la visita al médico. La candidiasis se resuelve mediante la aplicación de óvulos de venta libre en farmacias. Aunque lo ideal en este caso es visitar al médico, el doctor Martínez- Astorquiza reconoce que en verano las afectadas se encuentran fuera de sus lugares de origen. Hay problemas para que te vea un médico y, al conocer bien los síntomas, se puede solucionar con estos tratamientos.
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