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Vecinas y vecinos de Sopuerta llevan tiempo mostrando su desacuerdo con la intención de la Diputación foral de abrir un centro para menores en el Palacio de Quintana de la localidad encartada. El pasado 25 de marzo elevaron su queja a la comisión de Peticiones y Relaciones con la Ciudadanía de las Juntas Generales de Bizkaia. Las personas comparecientes acudieron en representación de “todo” el pueblo de Sopuerta. Y llevan tiempo mostrando su «enfado y preocupación» por la forma “opaca y no participativa” en la que la Diputación ha tomado la decisión de abrir un centro que, según la propia institución foral, atenderá como máximo a 30 menores. Sergio Fernández es un vecino de Sopuerta que asegura que este municipio “no cumple los requisitos mínimos para garantizar la integración y la igualdad de medios y oportunidades”.
Falta de medios
Los vecinos y vecinas de Sopuerta creen que su municipio no reúne las condiciones idóneas para instalar un centro de estas características en el que convivirán menores de entre 14 y 18 años “sin referentes familiares”. Sergio Fernández nos ha recordado las carencias que a su juicio tiene su municipio en materia de transporte público, sanidad o educación: » Sopuerta tiene carencias de todo tipo. Es una localidad “diseminada y muy extensa”, donde habitan 2.729 vecinos y vecinas, y que adolece de Policía Municipal, Ertzaintza, servicios de urgencias sanitarias o ambulancias. Tiene un servicio de salud deficiente y saturado. Además, el trasporte público es también insuficiente, con solo tres recorridos a Bilbao los días laborales». Y niegan que su queja tenga algo que ver con el racismo: » Sólo somos unos vecinos, pero nos hemos asesorado antes por expertos en integración social y esto supone recurrir al insulto fácil y sin fundamento». El 7% de los vecinos de Sopuerta son de diferentes nacionalidades y están perfectamente integrados: » No gusta que te insulten, pero son calificativos carentes de fundamento cuando se trata de hablar de integración de menores solos». Y ha puesto como ejemplo el caso de Gipuzkoa, que cuenta con pisos como unidades de convivencia.
El Palacio de Quintana
Este centro de acogida de jóvenes se va a situar en el Palacio Quintana. Fue una residencia de la Tercera Edad con capacidad para 80 usuarios y su propietaria lo ha mantenido bien los últimos años. Los vecinos temen que «el Palacio Quintana se divida en grupos de convivencia de hasta 30 miembros y al final lleguemos casi al centenar de residentes. Esperamos que la Diputación disponga de transporte específico para que estos jóvenes puedan trasladarse a centros educativos concertados para proceder a su alfabetización y formación».
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