“Me voy como quería irme, con el equipo en Champions y sintiéndome jugador hasta el último día”, confesó Óscar de Marcos entre aplausos y emociones contenidas. El de Laguardia puso fin a su trayectoria como futbolista profesional el pasado sábado en San Mamés, y tras el partido ofreció una rueda de prensa tan honesta como emotiva, en la que resumió en palabras lo que 16 años de amor incondicional por el Athletic significan.
“He sido un privilegiado”
Óscar de Marcos no pudo contener la emoción al recordar lo vivido durante el partido: «He intentado mantenerme firme porque, aunque es un día triste, también tiene que ser feliz. El Athletic gana», dijo, visiblemente emocionado. Agradecido por el cariño recibido, destacó el honor de haber vestido la camiseta rojiblanca: “No voy a volver a jugar en San Mamés ni en ningún otro estadio. Ha sido una maravilla defender esta camiseta. Soy un auténtico privilegiado”.
Concentración y ovación en una tarde única
Sobre su desempeño en el terreno de juego, confesó que le costó concentrarse durante el día: “Me costaba pensar que había un partido que jugar, pero me metí bien en el partido. Solo al final se me vinieron muchas imágenes a la cabeza”. El momento de su cambio fue especialmente simbólico: “Cuando vi mi número, sabía que era la última vez. Me despedía de San Mamés”.
El relevo del brazalete
Uno de los momentos más emotivos fue el paso de testigo a Iñaki Williams, quien portará el brazalete de capitán: “Iñaki es como un hermano pequeño dentro del equipo. Va a ser un capitán increíble, está lleno de valores Athletic”. Además, De Marcos deslizó que ya tiene decidido quién llevará su dorsal 18, aunque prefirió no desvelar el nombre: “Se parece mucho a mí… y a Gurpegi”.
Un legado que va más allá del campo
A pesar de haber disputado 573 partidos y haber sido clave esta temporada, De Marcos pone más valor en el cariño recibido: “Lo más emotivo ha sido el afecto de la gente, mucho más valioso que lo que he hecho en el campo”. Desde su cambio con Iñigo Lekue hasta los abrazos con empleados del club, cada gesto fue un resumen de 16 años de entrega absoluta.
Un adiós tranquilo, como su abuelo
“Quería irme como se fue mi abuelo: tranquilo, feliz, dejando algo bonito atrás”, explicó al hablar del legado familiar. De Marcos insistió en que no se va del todo: “Cuando dejas raíces, no te vas. Seguiré apoyando al Athletic desde la grada, siendo uno más”.
Un cierre ejemplar
Con 41 partidos esta temporada, siendo el décimo jugador con más minutos y pieza importante en la clasificación para la Champions League, Óscar de Marcos se despide dejando al equipo en lo más alto. “Quería irme bien, no esperar a un año malo. Es el momento de dejar paso a nuevas generaciones”.
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