La activista Paca Blanco, referente feminista, ecologista y superviviente del Patronato de Protección a la Mujer, ha estado en Bilbao presentando su libro autobiográfico. Con 77 años, mantiene intacta la energía que ha marcado toda una vida de resistencia frente a la injusticia. «He conseguido hacer un libro que conmueve y que divierte», ha dicho en los micrófonos de Radio Popular – Herri Irratia.
Una vida que ha marcado generaciones
Paca ha explicado que se ha decidido a escribir sus memorias después de que «todo el mundo» le animara durante años. Tras la muerte de su marido, se retiró «a una caravana bajo un árbol» para curar heridas y empezar a escribir. Durante el proceso, asegura que ha reído y llorado, y que ha querido dar humor y humanidad a un relato que podría haber sido mucho más doloroso.
El horror del Patronato de Protección a la Mujer
Uno de los ejes de su testimonio es su paso por el Patronato de Protección a la Mujer, una red de reformatorios franquistas gestionados por la Iglesia donde miles de adolescentes fueron detenidas por comportamientos como llevar minifalda, bailar rock and roll o besarse con un chico.
«Aquello era un infierno. Nos explotaban laboralmente, no teníamos derechos y muchas chicas embarazadas por abusos familiares acababan con sus bebés robados», ha relatado.
Paca recuerda que la Iglesia pidió perdón públicamente el pasado 9 de junio. Aun así, advierte: «Perdonar no es olvidar». Por eso continúa recorriendo el país para contar lo sucedido: «Tenemos la obligación de que las jóvenes sepan lo que se están jugando».
Una alerta a las nuevas generaciones
En un momento de auge de los discursos reaccionarios, Paca ha sido contundente: «Las mujeres no vamos a permitir volver a esa época negra». Considera imprescindible que las generaciones jóvenes conozcan ese pasado para defender los avances conseguidos.
«Si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdida», ha asegurado, reivindicando la necesidad de vencer los miedos cotidianos: desde protestar ante un comentario injusto hasta ejercer el derecho a la huelga.
La otra batalla: la emergencia climática
Paca, activista ecologista de larga trayectoria, ha recordado que la lucha contra la crisis climática no es solo ambiental, sino social. «No es cuestión de poder pagarlo, es cuestión de no derrochar», ha dicho al hablar del uso irresponsable de la energía.
Ha criticado el resurgir del discurso pronuclear, recordando que las centrales generan residuos activos durante miles de años: «No sabemos qué hacer con ellos. No se los lleva el camión de la basura; se quedan ahí».
Para Paca, el reto es claro: consumir de forma justa, dejar de explotar a otros territorios y no convertir la energía en un negocio para el oligopolio. «Eso se llama lucha», afirma.
Un mensaje para las madres y padres
En la entrevista, Paca también ha dejado una reflexión sobre la educación: «Somos madres, no amigas. No podemos evitarles las caídas, solo ayudarles a levantarse». Considera que evitar todo sufrimiento a los hijos puede convertirlos en personas incapaces de defender sus derechos.
La activista ha despedido la conversación con un mensaje lleno de vitalidad: «Os espero a todos. Creo que he hecho algo que conmueve y que divierte». Una vida de lucha que sigue inspirando a generaciones enteras.
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