Pedro Ontoso es un periodista de largo recorrido. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Deusto, empezó su tarea profesional en el diario «El Correo» en 1.977. Ha escrito varios libros y ahora, prácticamente ya jubilado, sigue vinculado al periodismo, por el que siempre ha sentido pasión.
Destaca que los medios de comunicación pueden y deben ayudarnos a reflexionar en torno a la sociedad en la que vivimos. Un mundo cada vez más líquido, cambiante, imprevisible. En su opinión hay que combatir esa forma de ver la vida que da prioridad y rienda suelta a los impulsos más primarios del egoísmo, el «sálvese quien pueda». El periodismo, desde una perspectiva humanista, ante esta realidad tiene una tarea muy interesante a realizar.
Y es precisamente desde esa perspectiva y visión de la vida por lo que Pedro Ontoso está vinculado a la Fundación Antonio Menchaca. Fue creada en 1.974 por Don Antonio Menchaca Careaga en memoria de su padre, un empresario que tuvo éxito en el sector naviero y comercial y que quiso dedicar parte de sus beneficios económicos a la realización de actividades sociales para los más necesitados, el desarrollo de la ciencia, el arte, la cultura y el fomento de la solidaridad entre las personas. Su ámbito básico de actuación es el Territorio Histórico de Bizkaia. El compromiso humanista de aquel empresario abrió las puertas a la filantropía. Donaciones para el Sanatorio de Gorliz, para viviendas sociales y también para centros de acogida a migrantes son, entre otras, algunas de las actividades de la Fundación Antonio Menchaca. Por su intensa y continuada actividad asistencial esta Fundación fue galardonada en 2001 con el premio “Utopía”, concedido por la Diputación Foral de Bizkaia.
Hace unas semanas la Fundación Antonio Menchaca celebró la XXII edición de los “Premios a la Solidaridad”, iniciativa por la que concede anualmente una serie de distinciones a aquellas personas físicas y/o entidades que hayan destacado en su vida diaria por su actuación solidaria. Este año los galardonados han sido el sacerdote pasionista Román Elexpuru, Mari Carmen Rotaetxe, Izangai Elkartea y EITB Maratoia.
Román Elexpuru trabajó como misionero en los barrios más humildes de Bucaramanga y Medellín, en Colombia. Además, durante años ha formado parte del equipo que en la Parroquia de San Felicísimo de Deusto atiende de forma ininterrumpida a las personas y familias más necesitadas.
Mari Carmen Rotaetxe es una misionera secular de 90 años de edad y que lleva más de 20 atendiendo a personas mayores en el barrio de San Miguel de Basauri, a través de la pastoral de la salud de la Diócesis de Bilbao.
Izangai Elkartea atiende todos los años a más de 250 inmigrantes y personas de Bilbao sin recursos. Les ofrece alojamiento, formación, acompañamiento para la inserción laboral y también asesoría jurídica.
Por último, la distinción para EITB Maratoia está relacionada con su compromiso para la concienciación ciudadana en torno a determinadas enfermedades, así como por la recaudación de fondos económicos para la investigación sobre las mismas.
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