El modelo de gestión del recién inaugurado edificio de La Esperanza en el Casco Viejo de Bilbao ha suscitado una importante controversia entre las asociaciones vecinales y el Ayuntamiento. Este edificio, inaugurado tras casi diez años de trabajo, se ha convertido en el centro de un debate sobre la externalización de su gestión y los efectos sobre la comunidad local.
El consistorio bilbaino optó por externalizar la gestión del espacio a través de una licitación pública. La asociación privada Hazian Kultur Elkartea fue la adjudicataria por más de 300.000 euros. Lo que incluye la gestión de las instalaciones del frontón y de la Biblioteca de La Esperanza. Edurne, bibliotecaria de la red de bibliotecas municipales de Bilbao, ha señalado que esta decisión ha generado confusión y malestar, ya que parte de las funciones relacionadas con la biblioteca siguen siendo asumidas por personal municipal. La asociación vecinal Bihotzean ha mostrado su preocupación ante este modelo de gestión. Afirman que, desde su apertura hace casi un año, se han detectado diferencias significativas respecto a otros servicios municipales similares.
Horarios y accesibilidad limitados
Uno de los puntos más criticados ha sido la reducción de horarios en la Biblioteca de La Esperanza en Bilbao, especialmente durante los periodos vacacionales. Según ha denunciado Edurne, esta biblioteca permaneció cerrada durante dos meses en verano, y su disponibilidad por las tardes es escasa durante el calendario escolar. Esto dificulta el acceso para niños y jóvenes, los principales beneficiarios del espacio. Desde Bihotzean insisten en que cerrar este servicio durante las vacaciones escolares, cuando más podría ser utilizado, carece de sentido.
Impacto en el personal municipal y sobrecostes
Pese a estar gestionada por una entidad privada, gran parte de las tareas como la adquisición de libros, catalogación y actividades de animación siguen dependiendo de los trabajadores de la red de bibliotecas municipales. Esto, según denuncian desde Bilboko Liburuzainak, supone una carga adicional para el personal municipal y genera un uso ineficiente de los recursos públicos. Además, se ha reportado un sobrecoste del 67% en el proyecto, lo que ha intensificado las críticas.
Un problema también en el acceso al frontón
El modelo de gestión también afecta al uso del frontón municipal, donde ahora es necesario ser socio de Bilbao Kirolak para acceder a las instalaciones. Este cambio ha sido cuestionado por las asociaciones vecinales, que consideran que limita el disfrute de este espacio público. Desde Bihotzean también han destacado que las posibilidades de utilización del frontón eran más amplias antes de la actual licitación.
Reivindicaciones vecinales y próximos pasos
La situación ha llevado a diferentes colectivos, como Bihotzean y Bilboko Liburuzainak, a convocar concentraciones y presentar su descontento en el pleno municipal de este jueves 30 de enero. Entre sus demandas están la gestión directa del equipamiento por parte del Ayuntamiento, la integración del personal en la estructura municipal y la revisión de los actuales acuerdos de gestión.
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