Con siete años ya destacaba en el coro de su iglesia, cantando y tocando el piano, llamando la atención de los parroquianos. Posteriormente creció en los escenarios reconocida por su complejo fraseo bebop y su canto scat. Su rica voz fue admirada por su rango inusualmente amplio, y por la inventiva y virtuosismo de sus improvisaciones. Solicitada por las grandes bandas de jazz, para grabaciones y giras en directo, tanto sus compañeros como el público la elevaron a la categoría de gran “Dama Del Jazz”.