El calendario auguraba negros nubarrones para el Zubileta Evolution Zuazo de cara a dos jornadas sucesivas de la máxima dificultad. Si hace tan sólo una semana uno echaba un vistazo a lo que se acercaba en el horizonte, a buen seguro que habría concluido que lo mejor era que pasara la tormenta lo antes y con el menor daño posible. Pensar en no sufrir demasiados desperfectos en el luminoso podía ser un lógico y deseable plan de trabajo. No digamos ya lo de rescatar algún punto, algo que entraba directamente en el terreno de lo utópico. Pero, afortunadamente, la realidad ha distado de ser tan pesimista como la teoría indicaba.
Las primera de esas dos citas nos llevaba a la cancha de Bera Bera, uno de los equipos más potentes del panorama y, sin duda, principal candidato a llevarse la liga, lo que en su caso significaría reeditar la corona lograda el pasado curso. Y sí, es cierto que el cuadro guipuzcoano acabó doblegando a las de Barakaldo, si bien tampoco podemos decir que fuera un paseo militar, ni mucho menos. El 30-27 final dejaba entrever que la batalla no había sido tan desigual como los más pesimistas (¿realistas?) podían prever. De hecho, la enorme primera parte del Zuazo anunciaba mejores pronósticos, que lamentablemente no se acabaron por confirmar. En todo caso, un gran resultado a estas alturas, sobre todo considerando que, como ya hemos apuntado más de una vez, el equipo se encuentra en plena renovación.
Una nueva prueba de altura
Pasado este capítulo, el libro indicaba uno posterior que no difería demasiado en complejidad. Salvo por dos pequeños matices: que no nos medíamos al primero de la tabla, sino al segundo, y que el duelo se resolvía en Lasesarre y no a domicilio. Así las cosas, el Rocasa Gran Canaria se presentaba en el recinto vizcaíno con el apenas disimulado objetivo de meter en la maleta los dos puntos en juego. No es menos cierto que también disponían de información precisa de los apuros en los que el Zubileta Evolution Zuazo había puesto cuatro días antes al gran rival de las canarias por el título.
El desarrollo del choque fue por los derroteros más o menos esperados, con un cuadro insular llevando las riendas del marcador, con márgenes que oscilaban entre los tres y los cuatro goles. Una distancia que permitía a las visitantes divisar un triunfo que les mantuviera a un punto de Bera Bera. El segundo acto, sin embargo, dio pie a la reacción rojinegra. Apoyadas en una inmensa Mada Fdez-Agustí (autora de diez goles), las anfitrionas lograron recuperar gran parte de la distancia perdida, y en el ecuador de esa segunda mitad el resultado mostraba un esperanzador 21-22.
Pero las tornas volvieron a cambiar y el aire sopló de nuevo del lado canario. El pesimismo reinaba en las gradas del pabellón baracaldés: a falta de 3:15, el 27-32 invitaba más a ver suspiros de impotencia que a pensar en milagros. Pero este equipo no está diseñado para entregar victorias así como así, y es algo que acabó por entenderlo y sufrirlo el conjunto isleño. A falta de 16 segundos, y tras un revelador parcial de 4-0, el luminoso presentaba un 31-32 que parecía que nos llevaría a morir en la orilla y retrotraernos de paso a una nueva derrota por escaso margen, como acostumbran las nuestras cuando pierden. Pero esta vez sería diferente.
Mada culmina la épica reacción del equipo
Joseba Rodríguez puso la cartulina en la mesa, lo que significaba que tenía un milimétrico plan diseñado para el último ataque del partido. Se trataba, por tanto, de cerrar así el círculo con una remontada impensable pocos minutos antes. De forma que el tiempo muerto sirvió para establecer las coordenadas: empatar o morir eran las dos alternativas, y Haito sólo contemplaba la primera. Sus jugadoras también. Gran Canaria afrontaba su última defensa con un efectivo menos (una Spugnini que ya había hecho su trabajo, y el daño, con sus nueve goles), y la ausencia de una pieza se acabaría notando en la red tejida por su entrenador.
El choque se reanudó y era el momento de comprobar si lo ideado en la pizarra local tendría su reflejo en el parquet, ya con fuego real. El balón viró de lado a lado, intentando desequilibrar así el muro para encontrar un hueco que, felizmente, acabaría apareciendo. Como no podía ser de otra forma, lo vio y, lo que es más importante, aprovechó Mada. La épica, con un parcial de 5-0 en los últimos 195 segundos de encuentro, llevada a su límite. Y el éxtasis se apoderó de las gradas, en consecuencia. Era, por otro lado, de justicia que fuera precisamente ella la que rescatara un punto para un equipo que era asimismo justo merecedor del empate. Un Zubileta Evolution Zuazo que sigue creciendo y acortando plazos.
Mada Fdez. Agustí
ZUBILETA EVOLUTION ZUAZO 32 – ROCASA GRAN CANARIA 32
Partido disputado en el Polideportivo Municipal de Lasesarre en Barakaldo ante unos 350 espectadores, correspondiente a la 9ª jornada de Liga Guerreras Iberdrola.
ZUBILETA EVOLUTION ZUAZO:
Ezbida, Gª Locay (2), Velasco (1), Sánchez (3), Permach (2), Ari González, Isi Fdez-Agustí (3), Berasategi (1), Garoa (3), Encina (2), Erauskin (5), Romero, Blázquez, Mada Fdez. Agustí (10), Garay
ARBITROS: David Monjo (Colegio Madrileño) y Miguel Martín (Colegio Valenciano)
ROCASA GRAN CANARIA:
Navarro, Palomino, Falcón, Pérez, Vasiliki (5), Agni (1), Spugnini (9), Gomes (6), González (4), Mizuki (4), Pavlovic (3), De Miguel
PARCIALES: 3-4, 5-8, 7-11, 9-12, 11-14, Descanso 12-15
15-18, 18-19, 21-22, 25-27, 26-30, Final 32-32