Los procesos de renovación de algunos jugadores del Athletic provocan enfado entre la hinchada rojiblanca. Nadie habla claro y eso desespera al socio y aficionado zurigorri. Todo es estrategia cual partida de ajedrez y eso causa desesperación entre la masa social. Hablas con los dueños del Club o lees sus mensajes durante los programas deportivos y adviertes la irritación de la grada.
Me debato entre la sorpresa y la preocupación. Oihan Sancet, durante su entrevista en Radio Popular – Herri Irratia, no fue capaz de lanzar un mensaje de optimismo sobre su renovación. Y no fue por no insistir en el tema. Está en todo su derecho, por supuesto, pero me deja descolocado. Me preocupa porque eso significaría que valora la opción de marcharse cuando finalice su contrato en 2024. La otra opción me genera sorpresa porque entiendo -igual me puede el optimismo- que va a renovar y se trata todo de una estrategia diseñada por sus agentes para sacar la mayor tajada. Lícito, pero triste.
Nadie habla claro
Sancet no habla claro sobre su futuro. Nico Williams, que está en el mayor escaparate mundial, tampoco. Los dos jugadores sobre los que asentar el Athletic de la próxima década no tienen cerrada su continuidad en Bilbao. (https://maxnovahealthcare.com/) Inquietante. De Iñigo Martínez qué vamos a decir que no hayamos comentado ya. Despejó, como buen central, las preguntas lanzadas sobre su futuro en rojo y blanco. Suma y sigue.
A estos 3 futbolistas se les ha unido también Jon Uriarte. El presidente rojiblanco se escuda en la confidencialidad para no dar información relativa al proceso negociador con el de Ondarroa. Una cosa es desvelar cuanto dinero o años le has ofrecido, o te demandan, y otra bien distinta no informar si hay oferta encima de la mesa. Este comportamiento se aleja bastante de la famosa transparencia prometida en campaña electoral. El socio tiene derecho a saber, grosso modo, como están las cosas.
¿En quién invertir el dinero?
Quién más y quién menos da por perdido ya a Iñigo Martínez. Ahora mismo su renovación sería casi una sorpresa. Nadie duda que fue el mejor león de la temporada pasada y es uno de los mejores centrales de La Liga. Por eso tiene varias puertas abiertas. El Athletic quiere renovarle, pero no a cualquier precio.
Uriarte creo que fue claro al señalar que «a la hora de acometer operaciones de fichajes o renovaciones hay que ser conscientes de la situación (económica) en la que nos encontramos». Alto y claro. Otro movimiento de ajedrez para advertir a los agentes de los jugadores y también una advertencia a los socios y aficionados. No se va a tirar la casa por la ventana y eso puede llevar aparejado alguna fuga de talento. Esa es la cruda realidad.
La obligación de la Junta Directiva es conseguir los recursos suficientes para mantener a los mejores jugadores, pero llegado el caso, hay que tomar decisiones. Si no hay dinero para convencer a los tres creo que la apuesta por los jóvenes debería estar clara. Son el presente y el futuro del equipo y no tienen un relevo tan claro dentro de la caseta.