La Federación de las Entidades de Previsión Social Voluntaria del País Vasco ha presentado el balance anual de 2022. Las prestaciones abonadas por las EPSV en 2022 superaron los 785 millones de euros. Además, el Patrimonio de la Previsión Social de Euskadi, pese al mal comportamiento de los mercados, superó los 26.000 millones de euros en 2022.
Cifras del balance
El Patrimonio de las EPSV con planes de previsión se situó en 26.887 millones de euros, lo que significa un 30,69% del PIB de Euskadi. Esto representa a una disminución de 2.194 millones de euros respecto a cifras de 2021. De todas formas, los ingresos por aportaciones y contribuciones realizados a las EPSV de la modalidad de empleo se han incrementado un 4,61%. Mientras tanto, las aportaciones realizadas a las EPSV de modalidad individual sufrieron un retroceso del 5,89%. En cuanto a la rentabilidad, los planes de previsión individual obtuvieron una rentabilidad media del -10,63%. Los planes de renta variable acumularon la rentabilidad media más negativa, del -14,26%. Ignacio Etxebarria, Presidente de la Federación de EPSV de Euskadi ha ofrecido datos del balance.
Tramitación del nuevo decreto
El Gobierno Vasco iniciará la tramitación del nuevo decreto de las EPSVs antes de verano. En él se incluirán nuevos ámbitos de inversión rentables y seguros. Entre las cuestiones que incluirá el decreto se encuentran la actualización de los activos aptos para las inversiones de estos instrumentos de previsión social. Pretende adecuarse a las necesidades actuales de los mercados en momentos complejos y volátiles para la búsqueda de inversiones rentables y seguras. Así lo ha explicado Hernando Lacalle, Viceconsejero de Finanzas y Presupuestos del País Vasco.
En el citado decreto se profundiza en las EPSV Preferentes, como vías para lograr una mayor generalización, una verdadera complementariedad a la pensión de la Seguridad Social al otorgar necesariamente prestaciones en forma de renta (vitalicia en muchos casos) y carreras largas de cotización. Este modelo de ESPSV es el más extendido en los sistemas complementarios de empleo europeos.