Un estudio de investigación de la UPV/EHU, impulsado por Fundación Vital, resalta los beneficios de contar con educadores sociales en las aulas, ya que ofrecen beneficios personales, relacionales y comunitarios como la mejora de la convivencia y la prevención, un mejor rendimiento escolar, mejor gestión de las emociones y reducción de la conflictividad.
La investigación expone la realidad de los cinco centros educativos que cuentan con gran presencia de alumnado extranjero o de familias de origen extranjero, con una situación socioeconómica difícil, una matriculación tardía que entorpece el periodo de adaptación, dificultad de integración por parte del alumnado al no hablar euskera ni castellano y el alto nivel de absentismo.
Carencias emocionales
«Esto se une a carencias emocionales de los jóvenes, quienes cargan con problemáticas familiares del entorno que difícilmente el profesorado puede hacer frente dentro del aula». Con este marco de fondo, «el profesorado está sobrepasado, no llega a atender una parte de las necesidades del alumnado por la limitación de recursos y formación para atender a problemas que se presentan», destaca el estudio.
Los educadores sociales señalan la necesidad de la labor que realiza Kokuk que permite, por un lado, romper con estereotipos y prejuicios relacionados con la población de origen extranjero, facilitando su integración y la convivencia y, por otro, trabajar los problemas relacionados con las carencias materiales y emocionales de los niños y adolescentes.
Esta metodología supone una innovación educativa en la que se generan nuevos espacios alternativos donde el alumnado puede desarrollar capacidades integrales, como el patio, los descansos, las actividades extraescolares y el propio barrio en el que se ubica la escuela.
Todo esto redunda en beneficios personales, relacionales y comunitarios como por ejemplo la mejora de la convivencia y la prevención que se refleja en un mejor rendimiento escolar, mejor gestión de las emociones y reducción de la conflictividad.
Sin embargo, la investigación expone que el proyecto se enfrenta a dos limitaciones generales. Por una parte, los recursos económicos que se destinan a las intervenciones socio educativas en los centros escolares son limitados y, por otra, la falta de conciencia por parte de la sociedad de la importancia de esta labor social y educativa.
En este sentido, el estudio propone como retos visibilizar este trabajo y sensibilizar sobre la necesidad de llevar a cabo este tipo de proyectos.