El empate en Vallecas sabe a poco. Urgía el triunfo después de tres derrotas consecutivas y la posibilidad de acercarse a puestos europeos, adelantando a un rival directo, estaba sobre la mesa. No les alcanzó a los leones para ganar, pero al menos se vieron síntomas de mejoría, que no es poco. Debe ser un punto de inflexión para recuperar sensaciones y escalar posiciones en la clasificación.
Valverde defiende que el equipo mantiene una línea similar en las últimas semanas de competición, pero a nadie se le escapa que el nivel había bajado. En Pamplona el Athletic no mereció perder, pero tampoco hizo méritos para ganar y ante Girona la derrota tuvo dosis de mala suerte y algo más. Ante los de Iraola se generó más que el rival, aunque sin puntería. Habrá que conformarse con el gol average ganado ante un rival directo por Europa.
Pequeña mejoría
Ante el Rayo, los rojiblancos dieron un pasito al frente. Sin ser un equipo arrollador, salieron a imponer su estilo, con balón en campo contrario. En esa faceta destacó Oihan Sancet, que vio roja directa y no estará ante el Barca. Dani García se hinchaba a robar balones ante una defensa un tano suicida en ocasiones, y el ‘Flaco’ dividía y amenazaba. Nico y Berenguer se sumaron al ataque por los costados, aunque los mejores centros los puso Lekue desde la derecha. El deustuarra estaba firmando un gran partido cuando cayó lesionado. Seguramente toda la tensión acumulada en los últimos meses por el fallecimiento de su aita no le ayudaron. Una pena porque estará en torno a 4 semanas en el dique seco.
El Athletic mejoró sus números en ataque. Remató en 16 ocasiones, 3 de ellas entre los 3 palos, aunque no acertó ninguna. El gran pero que se puede poner una vez más al equipo. Esa falta de pegada te priva de puntos que pueden ser vitales. En defensa el equipo concedió poco. Vivian volvió a su mejore versión e Iñigo Martínez demostró la calidad que atesora con tan pocos días de competición.
El mejor homenaje a Iribar
Ha sido reconfortante observar como el mundo del fútbol se ha volcado en el homenaje al ‘Txopo’. En primera, segunda y otras muchas categorías prevaleció el negro para alegría de Iribar y los aficionados zurigorri que se ven identificados en el gran embajador del Club.
La guinda al tributo del de Zarautz la puso Julen Agirrezabala, que por lesión de Simón, tuvo la suerte de defender la portería rojiblanca en un día tan señalado. Y lo hizo además a lo grande, como más le gusta a Irirbar. Con un paradón de reflejos al balón desviado por RDT. Si ante Osasuna decíamos que quizás pudo hacer más en el gol de Abde, en estadio franjirrojo salvó un punto para su equipo. Que bueno es tener a dos grandes guardametas en el Athletic. Y parece que el futuro está asegurado.