La Euskalkopa 2023 vivió 15 minutos y 31 segundos de un partido que no debió disputarse. La cancha de juego del polideportivo Urreta de Galdakao fue una pista de patinaje para las plantillas del Surne Bilbao Basket y Baskonia, un riesgo innecesario que vivieron dos equipos que no querían defraudar a los aficionados que llenaron las gradas de un recinto que no debió escoger la Federación Vasca de Baloncesto.
A pesar de los esfuerzos del club Ibaizabal, la condensación en la pista a punto estuvo de provocar alguna caída peligrosa y el recuerdo de las graves lesiones el pasado verano de Goudelock y Rigo sobrevolaba a los integrantes de la plantilla bilbaína. Se tomó la decisión adecuada de suspender el partido cuando el marcador señalaba un 29-33 en el marcador favorable a los baskonistas.
Lo que mal empieza…
Para más inri, el partido arrancó con 45 minutos de retraso ya que el autobús del Baskonia estuvo más de una hora y media retenido en la carretera de camino a Galdakao debido a un grave accidente de tráfico en la AP-68. Una euskalkopa que nacía torcida y que la Federación Vasca debe cuidar para darle la trascendencia que tiene, la repuesta del público fue extraordinaria y no se debe repetir el «bochorno» vivido en Galdakao.
Una lástima para los aficionados que pudieron ver detalles de dos equipos muy renovados y que tenían ganas de agradar. Los aficionados del Surne Bilbao Basket pudieron disfrutar de un terrible mate de Killeya-Jones, la solidez de Pantzar y Renfroe, pero también descubrieron que Adam Smith causaba bajar por la rotura de uno de los dedos de su mano izquierda y que es duda para arrancar la temporada ante el Andorra. Tarde de sustos en Galdakao