El Surne Bilbao Basket pasó por encima del BC CSU Sibiu rumano (89-64) en el segundo partido del grupo B de la FIBA Eurocup. Los hombres de negro evidenciaron desde el salto inicial la enorme diferencia de calidad entre ambas plantillas y lo hicieron de la mejor manera posible: desde la intensidad.
Dos victorias que le sirven al equipo de Jaume Ponsarnau para liderar su grupo empatados con los sorprendentes Caledonia Gladiators con dos victorias en las dos primeras jornadas, aunque con mejor basket average para los bilbaínos que el próximo miércoles reciben en Miribilla a los escoceses.
Tras un flojo arranque de partido se pusieron el traje de trabajo y se repartieron la tarea para asfixiar a un rival serio, pero escaso de recursos. Tan sólo el efervescente Pavlin Ivanov (17 puntos) y la torre Rares Uta (8 puntos y 9 rebotes) opusieron resistencia a un Bilbao Basket más largo y en el que pudieron «descansar» Rabaseda y Smith, además del descartado por cupo en Europa Denzel Andersson.
Fue el partido perfecto. Contundente victoria tras la derrota en Barcelona, rotación amplia con claro protagonismo para los jóvenes y comunión con una afición que sabe disfrutar de una aventura europea que vive con ilusión. Pocos se esperaban casi 5.000 espectadores en el Bilbao Arena entre semana y con el impacto de la huelga en el sector público en Euskadi con clara incidencia en el transporte público. Pero este equipo ha despertado mucha ilusión, más allá de los resultados engancha a su afición.
Sin perdón
Nada de confianzas. Ponsarnau colocó a su «guardia pretoriana» de inicio. Renfroe, Smith y Rabaseda salieron como titulares para poner el listón físico bien arriba. Tras la toma de contacto inicial, defensa a ultranza y superioridad en el juego, tanto cinco contra cinco como en transición.
Uta supo jugarle a Sacha Killeya-Jones gracias a su superioridad física, pero Hlinason no tuvo oposición. Sin el gigantón rumano la cosa por dentro resultó sencilla (29-17 al final del primer cuarto). Pavlin Ivanov anotaba con facilidad, pero sin ofrecer más allá. Monyea Pratt dio algo de chispa a los suyos, pero entre Pantzar y un excelente Tomeu Rigo (10 puntos) dejaron sus malos modos en agua de borrajas (46-32 al decanso).
De Ridder volvió a demostrar la intensidad y concentración son parte de su ADN. Con más minutos de lo habitual también puso puntos en la estadística y el equipo lo agradeció en un segundo tiempo plácido. Hubo tiempo para que Ponsarnau diera rienda suelta a pruebas sobre el parqué. Cuatro pequeños y un cinco, de pivot Tsalmpouris, Kullamae de base…de todo.
Victoria cómoda antes de recibir el domingo en el Bilbao Arena al Lenovo Tenerife en un partido que puede allanar el camino hacia la Copa a los MIB. Para ello habrá que superar a un rival con muchos más recursos que el Sibiu rumano, será una prueba de primer nivel para ver hasta dónde pueden llegar los bilbaínos.