El Athletic volvió a desaprovechar una oportunidad de oro de asaltar las plazas Champions y meter más presión a un Barça que sigue sin ver el fondo de su caída. El equipo de Xavi Hernández, hasta junio como mucho, ha dejado muestras de su debilidad y puede quedarse perfectamente fuera de las cuatro primeras posiciones de La Liga, siempre y cuando le aprieten rivales como el Athletic, algo que no hizo el conjunto de Valverde ante un equipo colista como el Cádiz.
La temporada de los leones, ya veremos como acaba, está siendo maravillosa, pero eso no quita para recordar que ante dos equipos de la zona de descenso, Cádiz y Granada, se han dejado cuatro puntos muy valiosos para consolidar su presencia europea. La llegada de Pellegrino sirvió para ordenar al conjunto amarillo y dotarlo de un punto más de agresividad que le ayudó a dejar la portería a cero, pero se echó de menos la chispa y frescura de otros partidos.
Razones del mal partido
El duelo del Nuevo Mirandilla venía marcado por el enorme esfuerzo realizado para eliminar al F.C Barcelona en la prórroga. El acceso a semifinales pasó factura y hay que preguntarse el por qué. A nivel físico Valverde introdujo hasta siete cambios por lo que la falta de intensidad no tiene cabida. La lenta circulación puede explicarse por las ausencias de Galarreta o Sancet, pero Vesga y Herrera pueden completar ese rol perfectamente para no tener que añorar tanto a algunos jugadores en concreto. Queda por tanto una tercera explicación, la mentalidad o tensión del equipo.
El entrenador rojiblanco sabe perfectamente que su equipo no firmó un partido «para recordar», pero le dio valor al punto porque hacía pocos días perdió en Mestalla jugando incluso mejor que en Cádiz. Hay que reconocer que la madurez del equipo le permite sumar incluso cuando no juegan bien y eso ante no funcionaba. El año pasado, este mismo partido se le hubiera escapado al Athletic por cualquier detalle. Algo es algo.
Saber competir cada tres días
El desgaste físico y emocional de la Copa se tradujo en un partido muy flojo de los zurigorri que no llegaron ni a chutar entre los tres palos. No se si es la falta de costumbre o qué, pero parece que no han podido o no han sabido cambiar el foco de una competición a otra sin dejarse pelos en la gatera. Hoy puede ser una simple anécdota, hasta comprensible, pero si de verdad quiere volver a Europa y estar vivo en tres competiciones, tienes que estar preparado para luchar cada tres días a buen nivel. Para eso hace fata una plantilla amplia y mentalidad ganadora.
Jugar una semifinal de Copa contra el Atlético de Madrid va a exigir la máxima atención de los leones, como es lógico, pero eso no puede hipotecar todas las opciones de meterse en la pelea por la liga de campeones, algo que a principio de temporada sonaba a quimera, casi locura, pero que hoy en día es una realidad. Todos cambiaríamos ganar una Copa por cualquier puesto en liga, salvo los tres últimos claro, pero la historia nos ha enseñado, a base de golpes, que estar en una final no te garantiza nada, ni tan siquiera volver a competir en el viejo continente.
