«Juan Mari vuelve a casa y que se cumpla lo que has creído»

El obispo de Bilbao Monseñor Joseba Segura despide con emoción a Uriarte
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La basílica de Begoña ha acogido hoy el funeral por el obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte. El templo se ha llenado por completo de personas que han querido dar su último adiós a quien fuera obispo auxiliar de nuestra Diócesis, entre los años 1976 y 1991. Uriarte ha sido una persona muy querida y eso ha quedado constatado en la cantidad de visitas recibidas en la capilla ardiente, en la casa de espiritualidad de Begoña, durante el tiempo que ha permanecido abierta. El féretro se ha llevado en andas desde la casa de espiritualidad hasta la basílica en procesión, acompañado de sus familiares. Allí ha sido recibido por el obispo con una oración de acogida.

En el presbiterio, han concelebrado entre otros, el cardenal Ricardo Blázquez (obispo de Bilbao 1995-2010); el arzobispo de Burgos y anterior obispo de Bilbao (2010-2020), Mario Iceta; el arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez González; el actual arzobispo Florencio Roselló; el obispo de San Sebastián, Fernando Prado; el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde; el obispo de Zamora, Fernando Valera; el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla; el obispo de Urgel y copríncipe de Andorra, Joan-Enric Vives; el obispo de Palencia, Mikel Garciandía y el arzobispo emérito de Quito, Fausto Trávez. Ha habido también una gran representación de autoridades civiles de diversas formaciones políticas. La Diputada General de Bizkaia, Elixabete Etxanobe y la alcaldesa de Bilbao en funciones, Amaia Arregi han participado en la celebración, junto a la Presidenta de las Juntas Generales, Ana Otadui. Alcaldes de algunos municipios de Bizkaia, concejales de diversos ayuntamientos y diferentes líderes de formaciones políticas se han hecho presentes en la misa funeral por Juan María Uriarte.

El presbítero, Andoni Gerrikaetxebarria, primo del fallecido Uriarte y vicario general durante su episcopado, ha encabezado la procesión seguido de otros familiares, desde la casa de espiritualidad, donde ha estado instalada la capilla ardiente, hasta la basílica. El féretro ha sido portado por: Álex Alonso, Jovaisa Herrán y Xabier Eskauriatza, curas diocesanos; Roberto Vidal, diácono; Mikel Aranguren, cura de Donostia y José Luis Miranda, cura de Zamora.

La Sociedad Coral de Bilbao, junto a la organista de la basílica Miriam Cepeda, han acompañado la celebración.

Todas las personas que han participado en el sepelio han mantenido una relación estrecha con el obispo emérito. La monitora de la celebración ha sido Ana Berrizbeitia. Estrella Moreno ha leído la primera lectura y Lontzo Zugazaga el Evangelio. Las peticiones han estado a cargo de Inmaculada Gallastegi. Unai Manterola le ha dedicado unos bertsos al final de la celebración.

Homilía

El obispo de Bilbao ha comenzado su mensaje dirigiéndose directamente en euskera al obispo emérito. “Bakegintzan erreka txikia, errekastoa zinala esaten zenduan. Baina hau ikusita, argi dago: zure itsasoan urak handi dire” (En el tema de la paz, decías que no eras más que un pequeño riachuelo, sin embargo, está claro que has sido un océano muy profundo).

Ha proseguido su intervención con una declaración de intenciones “hoy nos reunimos aquí, no para ensalzar las virtudes de alguien importante, sino para agradecer su caminar en este mundo”.

Se ha referido a su existencia personal y ministerial “rica en experiencias y en encuentros”. Una persona implicada “con personas y situaciones”. Así lo ha remarcado en euskera también “arazoei atzea emon barik” (implicándose en los problemas).

Los textos bíblicos referidos en las lecturas de hoy han jalonado gran parte del mensaje de Joseba Segura. Ha dicho que Juan Mari “ha sido un enamorado de la Palabra de Dios” y la ha “meditado diariamente”. En este sentido, ha calificado al obispo emérito como una persona de convicción profunda, que transmite lo que cree “porque cuando hay falsete, se nota demasiado”. Ha apostillado la idea de su fidelidad a la Palabra, utilizando un juego de palabras en euskera.

En otro momento de la homilía, ha aludido a los días de hospitalización cuando “levantaba un dedo, “en un gesto cómplice y cariñoso” o quizá –ha recalcado en euskera- para marcar el camino”.

Trabajador incansable, su publicación más reciente en torno al sexo y al género muestra para el obispo su “larga historia de búsquedas, leyendo y escuchando a quienes piensan distinto”.

El lunes pasado el obispo le dio la unción de los enfermos. Allí pudo comprobar la “intensidad con la que vivió ese momento” junto a sus familiares. Al finalizar la misma, le pidió que diera una última lección porque los que le conocían le llamaban “el divino impaciente”, y viviera esa última hora “con serenidad y confianza”.

Ha finalizado la homilía con una petición “vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído” y en euskera: “Zure bihotzeko Fruizen, lurra hartu eta Jaunarekin betirako izango zarela sinistuz, Egun Handira arte!” (Recibirás sepultura en la tierra que tanto has amado, en Fruiz, en la creencia de que estarás siempre en Dios. Hasta el Gran Día)

La celebración ha finalizado con un sonoro aplauso dedicado por la feligresía al obispo emérito de San Sebastián mientras sacaban el féretro del templo en andas. A la salida, han sonado los txistus de la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao.

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