Las 479 fundaciones que existen en Euskadi suponen el 1% del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad autónoma y dan empleo a más de 15.000 personas, según los datos recogidos en un estudio del Protectorado de Fundaciones del País Vasco, adscrito al Departamento de Gobernanza Pública y Autogobierno, que analiza el impacto de estas entidades y que se ha estudiado este martes en el Consejo de Gobierno vasco.
El Protectorado de Fundaciones del País Vasco cifra en 479 el número de fundaciones activas censadas en sus registros. Las fundaciones son entidades sin ánimo de lucro que operan en diferentes ámbitos como la educación; residencias y servicios sociales; cooperación al desarrollo; cultura y museos; tecnologías e investigación.
En Euskadi las fundaciones suponen el 1,04% del Producto Interior Bruto (PIB) y dan empleo directo a más de 15.000 personas. El informe en el que se incluyen estos datos recoge la estructura, características y datos relacionados con la actividad de las fundaciones que han presentado cuentas y revela que estas entidades contribuyeron a generar más de 896 millones de euros de valor añadido en 2022.
Las fundaciones vascas cuentan con un patrimonio neto que supera los 7.500 millones de euros y durante el ejercicio 2022 destinaron más de 1.100 millones a fines fundacionales. El gasto per capita destinado a esos objetivos es de 503 euros; y el sector se ha mostrado capaz de devolver a la sociedad, a través de operaciones de mercado, 2,71 euros por cada euro de financiación pública.
Financiación
El volumen de ingresos generados por las fundaciones ha ascendido a 1.447 millones de euros, el 57% procedente de la financiación privada y el resto de origen público. En términos nominales, la mejor cifra de ingresos de su historia.
La financiación privada de las fundaciones proviene de ingresos financieros, herencias, donaciones privadas, cuotas de personas usuarias, y por la prestación de servicios o venta de productos. Por su parte, las subvenciones públicas deben servir a fines de interés general, y por ello las administraciones conceden ayudas a los servicios que las fundaciones realizan en áreas como las residencias de ancianos, la investigación o los museos y el patrimonio cultural.
La mayoría de las fundaciones son microentidades y tienen un total de gasto anual inferior a 300.000 euros. Estas pequeñas entidades suponen casi la mitad de fundaciones, frente al 11% que representan las entidades grandes o muy grandes, con entre 5 y 25 millones de euros de presupuesto de gasto anual.
Impacto social
La antigüedad media es de 25 años y las pertenecientes al área de residencias son las que más años de dedicación acumulan, muchas de ellas por encima de medio siglo.
Más allá del impacto económico, el informe también pone el foco en el valor social generado a la sociedad vasca por las fundaciones. En este sentido, destaca la dimensión de las personas involucradas en la atención y gestión de estas entidades, «como expresión visible de solidaridad», así como su papel para la puesta en marcha de acciones que redunden en beneficio del interés general.
Seis de cada diez fundaciones cuentan con personal remunerado contratado, y las relacionadas con fines tecnológicos son las que tienen un mayor porcentaje de contratación de personal. Las mujeres suponen un 56% del personal remunerado en las fundaciones (el 87% en el área de residencias de mayores), en un contexto laboral de 2022 en el que ellas representaban un 48% de las personas ocupadas en Euskadi. Casi cuatro de cada diez fundaciones cuentan con personas voluntarias, lo que arroja una cifra ligeramente superior a las 5.000.