El Juzgado de lo Social número 9 de Bilbao ha condenado a Cofivacasa y Tubos Reunidos Group a pagar más de 160.000 euros a la viuda y los hijos de un electricista fallecido a causa del amianto inhalado en Babcock Wilcox.
La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi, Asviamie, ha asegurado a este respecto en un comunicado, que «quien manipulo amianto o trabajo junto a otros que lo utilizaban, deben registrarse en Osalan, para la vigilancia sanitaria específica y detección precoz de enfermedades pulmonares, evitando la ocultación de su origen».
El Juzgado de lo Social número 9 de Bilbao ha estimado la demanda de daños y perjuicios presentada por la viuda e hijos de un electricista de Babcock Wilcox, fallecido con fibrosis pulmonar a causa del amianto inhalado, por lo que condena a Cofivacasa y Tubos Reunidos Group a pagar solidariamente 160.163,50 euros a la viuda e hijos, incluido intereses.
José I.M., nacido en 1949, trabajó en la Babcock Wilcox, como electricista a partir de 1961 hasta noviembre de 1992 y posteriormente, hasta su jubilación en la segregada Productos Tubulares SA (Actual Tubos Reunidos Group SL). También trabajo durante 22 días, en el año 1968, en Sade SA (actual Asea Brown Bovery. SA).
Osalan ha realizado varios informes sobre posible exposición al amianto en Babcock, en los que se constata, han asegurado, que se trabajó con amianto en la fabricación de calderas, hornos, desmontaje de vagones de ferrocarril, calderería y tuberías, así como en trabajos de Productos Tubulares en la época que pertenecía Babcock Wilcox.
Según ha indicado el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan, en 2012 la empresa Sade se dedicaba al montaje de instalaciones, como mecánica y eléctrica tanto en instalaciones nuevas, como de reparación.
El trabajador desarrolló su actividad en empresas, donde era común la realización de aislamientos térmicos y el 16 de mayo de 2022, Osalan concluyó que «es probable que el trabajador haya estado expuesto al amianto durante parte de su vida laboral».
Según la autopsia, realizada en el Hospital de Cruces, el fallecido presentaba mltiples placas fibróticas con calcificación distrófica de localización pleural bilateral, pericárdica, diafragmática y hepática, adherencia pleurocostales bilaterales extensas.
Indicaba también una congestión pulmonar y hemorragia alveolar bilateral, nódulo calcificado de 3 centímetros en lóbulo inferior derecho y detección en tejido pulmonar de cuerpos ferruginosos por encima de valores de referencia.
ENFERMEDAD PROFESIONAL
El 5 de diciembre de 2022, el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) dictó resolución, declarando las prestaciones de muerte y supervivencia del fallecimiento, derivadas de enfermedad profesional.
Por su parte, Cofivacasa afirmó, según ha indicado Asviamie, que no existe prueba, que falleciera por el amianto, alegando otras causas como el elevado consumo tabáquico, mientras que Tubos Reunidos alega falta de legitimación y que, «en todo caso, la responsabilidad se debe aplicar por tiempo trabajado, es decir, mancomunada».
La Sentencia recoge la amplia legislación existente sobre el amianto, cuyo riesgo era suficientemente conocido antes de los años 60 e indica que no consta prueba de que Babcock Wilcox cumpliera las medidas de seguridad exigibles.
En cuanto a la relación casual con su fallecimiento, se confirma «categóricamente» debido a la cantidad de cuerpos ferruginosos, que excede la norma internacional, como potencialmente causantes de la enfermedad, sin que la pericial médica de Cofivacasa revista elementos de autoridad técnica y científica que justifiquen apartarse del criterio del INSS, avalado por sanidad pública.
Por ello, el Tribunal estima los 160.163,50 como monto indemnizatorio a pagar a la viuda y dos hijos, condenando a Cofivacasa y Tubos Reunidos a abonarla solidariamente, mientras absuelve a Asea Bown Boveri.
SATISFACCIÓN POR LA SENTENCIA
Asviamie ha mostrado su satisfacción por la sentencia, que deja al descubierto el, a su juicio, «escandaloso incumplimiento de las medidas de seguridad», frente a las sustancias cancerígenas en la Babcock Wilcox durante décadas, «ocultando a su vez las patologías derivadas de dicha exposición».
La asociación ha alertado a todas las personas, hoy jubiladas, que manipularon amianto o estaba presente, al ser manipulada por otros, que están en riesgo, por lo que ha animando a que soliciten en Osalan su inscripción en el Fichero de trabajadores a al amianto, para acceder a la vigilancia sanitaria especifica en Osakidetza, a fin de hacer posible la detección precoz de las enfermedades, «evitando la ocultación de su origen».