Ocho de cada diez de personas con trastorno mental no tiene empleo en Euskadi, lo que supone «un reflejo de un sistema que aún no ha aprendido a integrar a todos sus ciudadanos», según ha apuntado la presidenta de Salud Mental Euskadi, María Ángeles Arbaizagoitia.
Además, ha denunciado que la cifra de desempleo en el colectivo es «la más alta entre las discapacidades y perpetúa la marginación social y económica de las personas con problemas de salud mental».
La federación vasca, que agrupa a las asociaciones Agifes (Gipuzkoa), Asafes (Álava), Avifes (Bizkaia) y Asasam (Valle de Ayala), ha reclamado un mayor compromiso con la inclusión laboral del colectivo, porque es «un objetivo fundamental para una sociedad más equitativa».
«El trabajo no solo proporciona independencia económica, sino que también contribuye a la autorrealización personal, lo que mejora significativamente la autoestima y facilita la recuperación», ha afirmado la responsable de la entidad vasca en el acto celebrado esta mañana en el Ayuntamiento de San Sebastián con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.
Desde Salud Mental Euskadi han asegurado que «para superar este obstáculo es imprescindible que las empresas y las instituciones implementen políticas inclusivas que eliminen estigmas, adapten los entornos laborales y promuevan apoyos personalizados».
Además, «un entorno laboral inclusivo no solo beneficia a quienes sufren problemas de salud mental, sino que también mejora la productividad y cohesión dentro de las organizaciones, generando entornos de trabajo más saludables y diversos», han apuntado, al tiempo que han reclamado que las personas con problemas de salud mental «obtengan y mantengan un empleo que les permita tener un proyecto de vida».
Abolir barreras
Durante el acto, la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco, Nerea Melgosa, ha instado a los presentes a trabajar por «abolir las barreras que los prejuicios sociales y la falta de recursos han generado».
«Las administraciones públicas, junto con el Tercer Sector, las empresas y la sociedad en general, debemos escuchar, hablar y trabajar, aumentando el compromiso hacia las personas con problemas de salud mental y sus familiares», ha defendido.
Por su parte, el Ararteko, Manuel Lezertua, ha querido «instar a las instituciones públicas a adoptar más medidas como avanzar en la adaptación de los puestos de trabajo y generar una línea estable de ayudas y subvenciones».
De igual forma, el consejero de Salud, Alberto Martínez, ha apuntado que «debemos concienciar a la sociedad de que pedir ayuda no nos hace débiles; muestra valentía y autocuidado». «Tenemos que tener claro que cada paso cuenta para construir un mundo donde la salud mental no sea un tabú sino una prioridad», ha añadido.
El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, ha ofrecido toda su «ayuda y colaboración para hacer frente a este reto compartido», mientras que la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, ha destacado que «contamos con un camino trazado, en el que tenemos que realizar cambios poniendo en el centro a las personas con problemas de salud mental, ver qué necesitan. No podemos sustituirlas, debemos dignificar su situación».
Sociedad equitativa
Para «avanzar hacia una sociedad más equitativa», Salud Mental Euskadi considera «imprescindible» que empresas e instituciones «implementen políticas inclusivas, eliminando los estigmas asociados a la salud mental y adaptando los entornos laborales a las necesidades de cada persona».
Asimismo, la federación hace un llamamiento a «crear apoyos personalizados y nuevos roles», como el agente de apoyo mutuo, que faciliten la inclusión laboral y promuevan la salud mental en el trabajo.
Además de los ajustes «razonables» en los entornos laborales -que pueden incluir horarios flexibles y modificaciones en las tareas para reducir el estrés-, recomiendan también implantar programas de regreso al trabajo que combinen el apoyo socio-sanitario con un reintegro gradual a la vida laboral. «Solo con un compromiso firme de empresas e instituciones lograremos que la inclusión laboral sea una realidad y no una excepción», ha concluido Arbaizagoitia.