El Athletic gobierna con puño de hierro la Europa League. Después de empatar en Roma en la primera jornada, suma 5 victorias consecutivas igualando el récord del club en Europa gracias a los dos bacalaos de Iñaki Williams ante el Fenerbahçe. Son seis consecutivas desde el último parón de selecciones y si ampliamos el foco, los de Valverde tan solo han perdido un partido de los últimos 19, lo que demuestra la fiabilidad de la escuadra rojiblanca.
Este excelso momento de forma permite a la parroquia zurigorri soñar con todo esta temporada. Hasta los jugadores y el entrenador saben que tienen que redefinir los objetivos en este regreso a la competición continental. La meta del equipo era superar la primera ronda y eso ya se logró hace semanas. Con el triunfo en Turquía, los rojiblancos han certificado, casi matemáticamente, su pase entre los 8 mejores por lo que ahora, en ese afán de querer superarse continuamente hay que pelear por las dos primeras plazas de la clasificación.
Ventajas, pero no tantas
Meterte entre los 8 primeros de la Europa League te permite ahorrarte dos partidos de la ronda de 1/16 de final en un calendario saturado de partidos y jugar la vuelta de octavos de final en tu estadio. Clasificarte entre los dos primeros, más allá del prestigio internacional y evitarte, a priori, rivales complicados, no te da ninguna ventaja extra como asegurarte la vuelta en casa en unos hipotéticos cuartos de final.
En cualquier caso hay que marcarse como objetivo el pleno de victoria antes Besiktas y Plzen porque sumar los 3 puntos de nuevo en Estambul serviría para batir el récord de victorias consecutivas en Europa. En el apartado crematístico, cada triunfo supone ingresar casi medio millón de euros a las arcas del club. No es baladí.
Parece que los jugadores han seguido el consejo de Valverde y se han acostumbrado a ganar como los grandes.