El municipio granadino de Calahonda ha acogido la plantación de un retoño del Árbol de Gernika en memoria de las víctimas de la Desbandá, el trágico episodio de 1937 en el que miles de personas fueron atacadas en su huida desde Málaga. La iniciativa, promovida por diversas asociaciones memorialistas con el respaldo de las Juntas Generales de Bizkaia y el Ayuntamiento de Calahonda, ha coincidido con el 88 aniversario de la masacre.
Un acto de memoria en el Parque de la calle Azahar
El joven roble, de metro y medio de altura, ha sido plantado en el Parque de la calle Azahar de Calahonda, dentro del término municipal de Motril (Granada). Junto a él, un almendro florecerá cada año como símbolo de recuerdo. Las Juntas Generales de Bizkaia han destacado que este homenaje pretende evitar el olvido de la masacre sobre la población civil andaluza, ocurrida solo dos meses antes del bombardeo de Gernika.
El acto, que ha comenzado a mediodía, ha contado con un aurresku de honor interpretado por una integrante del grupo memorialista de Euskadi. Posteriormente, el grupo de chirigota Los Joyeros Gaditanos ha ofrecido una actuación musical. El retoño ha llegado con su Certificado de Autenticidad, que garantiza su vínculo con el actual roble de la Casa de Juntas de Gernika.
Un homenaje impulsado por asociaciones memorialistas
Junto al árbol, se ha instalado una placa con la inscripción: «Árboles contra el olvido. Retoño del Árbol de Gernika, símbolo de la resistencia frente a la barbarie fascista. Este roble es un reconocimiento de Euskal Herria al dolor del pueblo andaluz que sufrió también la masacre contra la población civil que huía por la carretera N-340 de Málaga a Almería. Un almendro lo acompañará siempre, para dar testimonio con sus flores del recuerdo por cada una de las víctimas».
La Desbandá: una masacre silenciada
Las Juntas Generales de Bizkaia han subrayado la importancia de recordar la Desbandá, uno de los episodios más cruentos y desconocidos de la Guerra Civil. En febrero de 1937, miles de personas, en su mayoría niñas, niños, mujeres y ancianos, huyeron desesperadamente por la N-340, conocida como la Carretera de la Muerte, buscando refugio en Almería.
En su camino, fueron atacados por orden del teniente general Gonzalo Queipo de Llano, con apoyo de la aviación italiana y alemana. Al igual que ocurrió en otros puntos de Bizkaia. Durante tres días, la Legión Cóndor alemana, la aviación italiana y los buques franquistas atacaron a la columna de 300.000 personas que huían. Aunque el número exacto de víctimas sigue siendo incierto, el historiador Paul Preston ha estimado entre 3.000 y 5.000 fallecidos.