

Las dinámicas antagónicas que atravesaban Athletic y Osasuna hacía presagiar una victoria local sin excesivos apuros. Los precedentes de los rojillos en La Catedral, sin embargo, no invitaban al optimismo. El cuadro zurigorri sólo había superado a los navarros en uno de los últimos ocho partidos en San Mamés. Ahora nueve. Un juego espesa con pocos acercamientos y mucha imprecisión en el primer acto, tampoco mejoró en el segundo. Contados arreones, la mayoría en botas de Nico Williams, inquietaron a Aitor.
Sin sorpresas en el once, Núñez encadenó su tercera titularidad consecutiva, acompañado por Yeray. Ante la lesión muscular de Galarreta, Jauregizar y Prados ocuparon el doble pivote. Con los Williams en las bandas, Berenguer ocupó la mediapunta y Maroan Sannadi la delantera. Oihan Sancet esperaba su oportunidad en el banquillo en su regreso a una convocatoria un mes después. Pero su situación física no debe ser óptima, ya que ni siquiera salió a calentar. Los que sí saltaron tampoco cambiaron el rumbo de un partido encaminado al 0-0.
Un Athletic sin ideas
Al igual que la indumentaria de Osasuna, una primera parte muy gris. Pocas ideas y nula fluidez en las posesiones tanto de Athletic como de Osasuna. Los rojillos arrancaron con más ímpetu e incluso inquietaron la meta defendida por Unai Simón con un cabezazo de Torró que se fue rozando el poste. Los leones se fueron desperezando a medida que pasaban los minutos. El aliento del público, y de la Herri Harmaila, no fue el de las grandes noches, como era de esperar. Lo visto en el verde tampoco acompañaba. Apenas Nico Williams, con un gran disparo que sacó abajo Aitor Fernández con una gran parada, y Yuri, con un potente chut con su pierna derecha, buscaron la portería rojilla.
Villarreal, partido aún más clave
En el segundo acto, el cuadro zurigorri metió una marcha más y apretó al equipo navarro a base de centros laterales. Principalmente con un incisivo Nico que la pedía una y otra vez. El menor de los Williams fue precisamente el que tuvo la oportunidad más clara tras un balón de Maroan al que llegó muy forzado. Otra vez Aitor Fernández desbarató la ocasión con una intervención de mucho mérito. Sin demasiada continuidad, los leones seguían atacando a un Osasuna replegado que esperaba su momento en algún contragolpe. Con la parroquia rojiblanca ya asimilando el empate, los navarros pudieron incluso llevarse el triunfo. Simón detuvo con el cuerpo un potente disparo de Rubén Peña a bocajarro. Empate a nada. Un punto que acerca al Villarreal a seis, con un partido menos, y el duelo directo del próximo domingo en La Cerámica en el horizonte.