

A la izquierda, los edificios señoriales de arquitectura clásica, con sus fachadas ornamentadas y tejados puntiagudos, evocan el Bilbao burgués y elegante de finales del siglo XIX y principios del XX. Son testimonio de una ciudad que creció al calor de la industria y del comercio.
En el centro, se alza la imponente Torre Iberdrola, con su diseño moderno y su fachada de cristal que refleja el cielo. Es símbolo del Bilbao contemporáneo: sostenible, innovador y con vocación global. Representa el presente de una ciudad que se reinventó sin renunciar a su identidad.
A la derecha, edificios de oficinas acristalados, marcas internacionales como Starbucks y el tránsito constante de autobuses reflejan un futuro urbano, abierto al mundo, en movimiento, donde lo local y lo global conviven.
Entre todos estos elementos, la fuente y los jardines de Moyua actúan como punto de encuentro, donde generaciones distintas comparten el espacio público. Una postal viva de Bilbao, donde el ayer, el hoy y el mañana caminan juntos.