

Viajar es una de esas experiencias que todos deseamos vivir: descubrir nuevas culturas, probar sabores distintos, disfrutar de paisajes únicos… Pero hay un detalle que rara vez pensamos antes de subirnos al avión: ¿qué ocurre si nos ponemos enfermos o sufrimos un accidente fuera de casa?
La respuesta puede asustar un poco. Y es que tener un seguro de viaje no es solo una recomendación de precavidos, sino una necesidad real cuando se observan las cifras de lo que cuesta la atención médica en el extranjero.
Facturas que sorprenden a cualquier viajero
El informe elaborado por Heymondo recopila casos reales de hospitalización en países muy visitados por turistas españoles. Las cifras hablan por sí solas:
- Estados Unidos: una noche en la UCI supera los 10.000 €. Sí, has leído bien: más de diez mil euros por dormir rodeado de máquinas y monitores.
- Japón: una operación de apendicitis, un procedimiento bastante común, ronda los 6.500 €. Y eso sin contar la estancia hospitalaria.
- México: una fractura simple —algo tan cotidiano como un resbalón— puede costar más de 3.000 € en un hospital privado.
- Tailandia: el paraíso de las playas, pero también de las facturas médicas. Una hospitalización básica ronda los 500 € al día. Una semana ingresado equivale a lo que muchos gastan en todo el viaje.
Ahora bien, más allá de las cifras, lo importante es imaginarse en la situación. ¿Qué harías si de repente tienes que pagar una factura de 6.000 € en un país extranjero, en otro idioma y lejos de tu familia?
La realidad de los seguros de viaje: lo que más se usa
Cuando se contrata un seguro de viaje internacional, muchos piensan en cancelaciones de vuelos o maletas perdidas. Sin embargo, los datos de Heymondo muestran otra cara: los gastos médicos son la principal causa de asistencia solicitada por los viajeros.
Esto significa que lo que parece menos probable —ponerse enfermo o tener un accidente— es en realidad lo más habitual. Una simple intoxicación alimentaria, una fiebre repentina o una caída practicando deporte pueden obligar a buscar atención médica urgente. Y ahí es cuando se agradece tener una póliza que respalde.
Mucho más que cubrir facturas
Un buen seguro de viaje no se limita a pagar gastos médicos. También incluye otros servicios que marcan la diferencia en un momento crítico:
- Atención 24/7 en tu idioma. Porque explicar síntomas en inglés o japonés puede ser más complicado de lo que parece.
- Cobertura de hospitalización, pruebas y cirugías, sin que tengas que adelantar dinero.
- Repatriación sanitaria si es necesario volver a España por motivos de salud.
- Asistencia en casos de cancelación, pérdida de equipaje o robo de documentos, que son problemas más frecuentes de lo que creemos.
Prevenir para viajar con tranquilidad
El coste de contratar un seguro suele ser mínimo en comparación con las facturas que puede generar un accidente en el extranjero. De hecho, muchas pólizas para una semana de viaje cuestan menos que una consulta médica privada en Estados Unidos.
Pongamos un ejemplo: una pareja que viaja a Nueva York por una semana puede contratar un seguro por un precio similar al de una cena para dos en Manhattan. Sin embargo, ese seguro les protegería de facturas que, de otra manera, podrían superar los 10.000 €.
Al final, la conclusión es sencilla: viajar con seguro es viajar sin miedo a imprevistos. Los datos del informe de Heymondo no buscan asustar, sino mostrar la realidad de algo que pasa más a menudo de lo que creemos.
En pocas palabras
Un viaje es para disfrutarlo, no para preocuparse por lo que pueda salir mal. Y aunque nadie espera tener que ir al hospital de vacaciones, la verdad es que puede ocurrir. Los números son claros y las experiencias reales también: los gastos médicos en el extranjero pueden ser desorbitados.
Por eso, la mejor decisión antes de preparar la maleta no es solo elegir el destino o buscar las mejores ofertas de vuelos, sino también contratar un seguro de viaje. Porque, cuando llega el imprevisto, la diferencia entre una anécdota y una pesadilla está en estar bien cubierto.