

Galdakao acogerá la octava edición de Sormene, el festival de creación en euskera, entre el 4 y el 12 de octubre. El programa llenará de cultura espacios como Torrezabal Kultur Etxea, los soportales de Gandasegi y el Topagune de Urreta.
Una apuesta por la identidad y la transmisión
Desde 2020, Sormene se ha consolidado como un referente cultural abierto a todas las formas de creación. La concejala de Euskera Izaskun Barbarias recordó que el festival se centra en cuatro ejes: creación, plazas, comunicación y transmisión. En esta edición, titulada “Garai eta gizarte likidoak” (Tiempos y sociedades líquidas), se reflexionará sobre la incertidumbre actual, la pérdida de referentes o el consumo como refugio.
Programación con grandes nombres
El 7 de octubre, la bertsolari Maialen Lujanbio presentará su recital poético y performativo “rr_6_erre(AH)ala” en Gandasegi. El 12, el director Asier Altuna participará en un coloquio tras la proyección de su película “Karmele”, ambientada en 1937 y centrada en la cultura vasca en contextos de guerra y exilio.
Creadores locales en primera línea
El festival contará también con voces de Irati Bediaga, Josi Basterretxea, Joanes Urkixo, Karlos Aretxabaleta, Arkaitz Estiballes y Sandra Fernández, que acompañará con música las lecturas literarias del 11 de octubre. Ese mismo día se pondrá en marcha la iniciativa “Liburuak opari”.
Espacio para jóvenes y familias
La programación incluye actividades para todas las edades. El 4 de octubre se abrirá con el espectáculo infantil “Semaforoa” de Logela Multimedia. Los jóvenes podrán participar en un taller de música electrónica con el colectivo Dantz y en una sesión de danza contemporánea. Además, el 9 de octubre habrá una charla sobre Exodus, la primera ópera experimental en euskera, presentada por Ane Legarreta, Hegoa Álvarez y Jon Sáenz ante estudiantes de secundaria.
Una cita cultural en euskera
Sormene ofrecerá un total de siete espectáculos y talleres en euskera. El objetivo es reforzar la transmisión cultural y acercar la creación vasca a nuevos públicos, convirtiendo a Galdakao en un escaparate de arte contemporáneo y tradición.