La imagen de esta semana captura el amanecer desde el Puente de La Salve, con la ría de Bilbao como eje sereno y reflectante. En el centro se adivina una pasarela arqueada y, a ambos lados, los paseos ribereños con su hilera de árboles y farolas. A la derecha sobresalen edificios contemporáneos, de líneas rectas y curvas; a la izquierda, los tejados más bajos conducen la mirada hacia las lomas del fondo.
La luz baja entra por la izquierda y enciende de dorado nubes y fachadas, dejando destellos en algunas ventanas. El cielo, moteado de nubes, añade textura y profundidad; su reflejo duplicado en el agua refuerza la sensación de calma. Es una escena que mezcla el pulso urbano con una pausa contemplativa, como si la ciudad se estirara suavemente al empezar el día.