

Karrantza ha sido el nuevo destino de la sección TOURrescusa. Markel Francia e Iker Torrescusa han visitado este municipio de casi 138 km², el más extenso de Bizkaia, y han conversado con Leire Barreras, técnica de turismo local. Desde el primer minuto, han quedado impresionados por su paisaje, su historia y su autenticidad.
«Aquí no hay núcleo llamado Karrantza», ha explicado Barreras. El municipio se divide en 49 barrios, cada uno con su identidad. El más visitado es Concha, donde están el Ayuntamiento, el centro de salud y establecimientos emblemáticos como el restaurante Casa Garras.
Mucho más que una postal: historia, cultura y fauna
Además de la célebre cueva de Pozalagua, Karrantza ofrece atractivos como el Karpin, un centro de acogida de animales ubicado en una finca de indianos. También destaca la antigua fábrica de Dolomitas, hoy patrimonio industrial vasco, muy vinculada a la historia minera de la zona.
El valle es rico en patrimonio eclesiástico, con 20 iglesias, y en legado indiano, tanto en arquitectura como en acción social. Muestra de ello es la iglesia de Bianez, que alberga un retablo pintado del siglo XV, considerado uno de los más importantes de la cornisa cantábrica.
Gastronomía y fiesta para todos los sentidos
Karrantza no sólo se ve: también se saborea. Su queso de oveja carranzana y el guisado de oveja son dos imprescindibles. En lo dulce, las pastas de Matxako también tienen su público.
Y para quienes buscan ambiente festivo, dos citas a marcar en el calendario: la Fiesta del Suceso (18 de septiembre) y la Euskal Jaia (julio). Tradición, cuadrillas y buen rollo, sin artificios.
Karrantza, en definitiva, es naturaleza y vida rural sin filtros. Como diría Leire Barreras, hay que venir, verlo y vivirlo.