Cómo los términos científicos mal utilizados afectan nuestra comprensión de la física cotidiana

Desmitificando conceptos científicos: la confusión entre masa, peso, presión y energía

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Cómo los términos científicos mal utilizados afectan nuestra comprensión de la física cotidiana

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En el día a día, estamos acostumbrados a usar ciertos términos científicos de forma cotidiana, pero muchas veces estos son mal interpretados o utilizados de manera incorrecta, tanto por desconocimiento como por una interpretación errónea. Uno de los objetivos más importantes de la divulgación científica es aclarar estos malentendidos y ofrecer explicaciones más precisas de conceptos que, aunque sencillos, son esenciales para entender el mundo que nos rodea. En esta sección con LOGOS Elkartea, abordamos algunos de estos conceptos claves: masa, peso, presión y energía.

Masa vs. Peso: dos conceptos fundamentales pero diferentes

Un error común es pensar que «peso» y «masa» son lo mismo, cuando en realidad son dos conceptos muy distintos en física. La masa se refiere a la cantidad de materia que tiene un objeto, y se mide en kilogramos (kg). Es una propiedad que no cambia, independientemente de dónde se encuentre el objeto.

El peso, por otro lado, es una fuerza. Es la fuerza gravitatoria con la que la Tierra (o cualquier otro cuerpo celeste) atrae a un objeto. La unidad de medida del peso es el Newton (N), y su valor depende de la fuerza gravitacional del lugar en el que se encuentre el objeto. Por ejemplo, si subimos a un avión a gran altitud, nuestro peso disminuirá ligeramente, ya que la fuerza de gravedad es más débil cuanto más lejos estamos del centro de la Tierra. Sin embargo, la masa del objeto sigue siendo la misma, no importa dónde estemos.

La Presión: no es solo fuerza

Otro término que se usa con frecuencia de forma incorrecta es la presión. A menudo, se confunde con fuerza, pero en realidad, la presión es la fuerza dividida por el área sobre la que se aplica.

Imagina que estás caminando por la nieve: si usas un zapato normal, la presión que ejercen sobre la nieve es mayor, ya que la superficie de contacto es pequeña. Si, en cambio, usas una raqueta de nieve, la misma fuerza (tu peso) se distribuye sobre una mayor superficie, lo que reduce la presión y evita que te hundas en la nieve.

Este principio también se puede observar en situaciones cotidianas como, por ejemplo, cuando un clavo atraviesa nuestro pie al pisarlo, pero no sufrimos daño al acostarnos sobre una cama de clavos. En este caso, la presión que ejercen los clavos sobre nuestra piel es mucho menor porque el peso se distribuye entre muchos clavos.

Energía: más que solo una palabra mágica

Uno de los términos más mal entendidos, especialmente fuera del ámbito científico, es el concepto de energía. En el lenguaje popular, se utiliza de forma vaga para referirse a una sensación de fuerza o vitalidad. Sin embargo, en física, la energía es una propiedad bien definida que describe la capacidad de realizar trabajo o de producir un efecto.

Existen varios tipos de energía. Por ejemplo, la energía potencial se asocia a la altura de un objeto respecto al nivel del suelo: cuanto más alto está, mayor es la energía potencial que tiene, y si cae, se transforma en energía cinética (energía de movimiento). Otro tipo de energía es la energía térmica, que está relacionada con la temperatura de un objeto. Un cuerpo más caliente tiene más energía térmica y puede transferir calor a otro cuerpo más frío.

Es importante destacar que la energía es una magnitud conservada, lo que significa que no desaparece, sino que se transforma de una forma a otra. En otras palabras, la energía no es una sustancia que se puede ver o tocar, sino un concepto que permite entender cómo se producen los efectos en los objetos a través de diversas interacciones.

El término «energía» ha sido distorsionado y mal utilizado en muchos contextos, especialmente en prácticas pseudocientíficas, espiritualidad o terapias alternativas. A menudo se habla de «energías» sin una definición clara y sin respaldo empírico, lo que puede llevar a confusión y, en algunos casos, a peligrosas consecuencias para la salud.

Por ejemplo, hay quienes hablan de energías “curativas” o “sobrenaturales”, pero lo cierto es que en la ciencia, la energía es algo que se puede medir, cuantificar y analizar a través de principios comprobables, como los que se aplican en la electricidad, el calor o el movimiento de los objetos.

La Importancia de comprender bien los términos científicos

Es fundamental ser conscientes de los malentendidos que pueden surgir cuando usamos términos científicos en la vida cotidiana sin comprender su verdadero significado. La confusión entre masa y peso, o la interpretación errónea de la presión y la energía, son ejemplos claros de cómo un pequeño error de concepto puede llevarnos a conclusiones incorrectas.

A medida que continuamos explorando el mundo de la ciencia, es esencial recordar que, más allá de las explicaciones populares, estos términos tienen definiciones precisas que nos permiten entender cómo funciona el universo a un nivel más profundo. La divulgación científica juega un papel crucial en aclarar estos conceptos y ayudar a las personas a tomar decisiones informadas, especialmente en un contexto en el que las pseudociencias y las creencias infundadas pueden influir en la salud y el bienestar de las personas.


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