La psicóloga Iratxe López ha abordado en su sección semanal de EgunON Bizkaia una de las emociones más universales: el miedo. A menudo asociado a la debilidad, López recuerda que en realidad “es una emoción adaptativa que cumple una función esencial: protegernos”.
López subraya que todas las emociones son adaptativas. En el caso del miedo, su función es avisarnos de un posible peligro y activar al organismo para reaccionar. Lo ejemplifica con una situación cotidiana: cuando alguien se comporta de forma agresiva en el metro, el miedo nos ayuda a estar atentos y buscar una salida segura.
Incluso ante una operación médica, esta emoción tiene una función útil. “El miedo te hace prestar más atención a las indicaciones del personal sanitario, preguntar, informarte y actuar con más cuidado”, explica la psicóloga.
Según López, el verdadero conflicto aparece cuando tratamos de reprimir o negar el miedo. “Reprimir una emoción solo consigue intensificarla”, señala. Al hacerlo, nos desconectamos de su función protectora y perdemos su utilidad natural.
Frases como “no debería sentir miedo” o “ya tendría que tenerlo superado” son comunes, pero poco realistas. Aceptar el miedo —en lugar de combatirlo— es el primer paso para gestionarlo de forma saludable.
