Esta mañana nos ha visitado en estudios el humorista gráfico Mauro Entrialgo con motivo de la publicación de su primer ensayo, Malismo, un fenómeno fácilmente identificable pero al que falta nombre: lo cierto es que de forma expansiva, primero tímidamente y más abiertamente ya, estamos asistiendo a una realidad llamativa cuando por ejemplo, escuchamos la última hora de los dimes y diretes de cargos políticos en las instituciones democráticas, donde se supone que quienes nos gobiernan se reúnen para buscar soluciones a nuestros problemas. Es la sensación de que se pueden decir auténticas barbaridades y no pasa nada. Como si se hubiese aceptado ya como aceptable llamar «hijo de fruta» al presidente de gobierno, acusar de violadores a inmigrantes o a las mujeres de malvadas urdidoras de planes para acabar con los hombres, o defender sin ambages asesinar a niños en Gaza. Sin ningún reparo.
No es algo que se queda ahí, el tema está extendido, y los bajos instintos que antes de afeaban y causaban vergüenza a quien los mostrara, ahora son prácticamente motivo de orgullo casi, una ostentación de la maldad que, sospechamos, a tenor de lo muy ocupado que estos días nuestro invitado, esta causándonos problemas a los periodistas para explicar. En definitiva, los periodistas no sabemos como explicaros a los oyentes, que los malotes de instituto que hacían bullying al más débil de la clase han llegado a las instituciones y se pavonean de ello sin ningún pudor.
La presentación en Bilbao será la tarde de este jueves, a las 19:00 en el espacio Joker de la calle Euskalduna 6 de Bilbao.
Poner nombre al fenómeno
Como explica el propio Entrialgo, su objetivo era «ponerle nombre a ese fenómeno» recopilando toda una serie de ejemplos, desde la anécdota que supone poner nombres canallas a los bares, hasta polémicas declaraciones de personalidades del mundo de la política o de la cultura, pasando por compañías aéreas que hacen ostentación de las incomodidades de sus aviones.
«El caso Pericot es un ejemplo de la ostentación del mal, los acusados querían chulear de sus violaciones», explica en referencia al juicio que se ha celebrado en Francia.
Entrialgo considera que «el mal siempre es más atractivo, Joker es más divertido que Batman; los columnistas saben que si escriben barbaridades tendrán más difusión», y ha alertado de los lobos solitarios en las redes, un fenómeno más serio de lo que parece, y pone como ejemplo la publicidad israelí sobre el conflicto en Oriente Próximo.
NEGACIONISMO
Apunta al negacionismo ante cuestiones como la agenda 2030 o el Covid, y critica que la presidente a de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, asegure estar en contra de la justicia social o que el escritos Fernando Sánchez Dragó llamara zorritas a unas niñas: «Sorprende que todo eso no tenga consecuencias, y por eso he escrito este libro. Es delirante».
Considera que el malismo es transversal aunque «hay más ejemplos en la ultraderecha, lo hace con más desvergüenza» intentando justificarse con una pretendida libertad.
MATONISMO
En su libro, alude al «matonismo en la comunicación empresarial» y admite que es difícil luchar contra el hecho de que muchos ciudadanos lo acepten y compren el mensaje, pero cree que «el primer paso es denunciarlo».
Entrialgo es humorista gráfico y, en contra de lo que aseguran algunos, niega que ahora haya menos libertad que en los años ochenta, aunque el rapero Hasél, en sus palabras, esté en la cárcel por criticar al Rey: «A mi en aquellos años me echaron de trabajos por hacer chistes chorras».
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