El buque de rescate Aita Mari, de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), continúa con sus labores de rescate. Isa Eguiguren repasa la última hora y valora el seguimiento que ha tenido el rescate del sumergible Titan en comparación con la atención que se le prestan a las miles de personas que se juegan la vida en el mar: «Ojalá se hiciera así con todo el mundo, porque cada vida importa, pero parece que no es la misma si eres blanco o negro, o tienes dinero o no».
Esta semana, el Aita Mari rescataba a 172 personas a la deriva al suroeste de la isla italiana de Lampedusa. Desde SMH han informado de que esta última operación en el Mediterráneo la ha desarrollado de forma conjunta con el bote de monitorización Nadir. «Eran siete botes con 297 personas, lo cual es muchísimo», explica Isa sobre el proceso de rescate en el que «presionó a Malta e Italia para que fueran a finalizar el rescate» ya que no podían con todas. «Italia al principio dijo que no, pero finalmente si pusieron en marcha la operación de rescate».
«Muchas trabas»
Además, detalla: «Se avisó de que quedaban cinco pateras, lo que no sabemos ahora es qué ha pasado. Aita Mari es un barco super pequeño, es increíble meter 172 personas allí. Ahora, con el gobierno de Meloni, Italia pone muchas trabas y una de las faenas que hace para desgastarnos es ofrecer un puerto muy lejano, a día y medio, que va en contra de la ley. Nos mandan hasta Salerno. Ahora Italia nos ha dicho que nos va a retrasar y no nos dejará hasta el domingo entrar en puerto».
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