En un contexto donde la precariedad económica y social parece estar a la orden del día, Cáritas Bizkaia ha presentado el informe Fuesa, un estudio que pone de manifiesto la creciente vulnerabilidad de amplias capas de la sociedad vasca. Según los datos de este informe, más de 250.000 personas en Euskadi viven en condiciones de exclusión social, un hecho que refleja una problemática estructural que afecta a diversos colectivos, desde familias monoparentales hasta migrantes sin redes de apoyo.
Exclusión Social: Más Allá de la Pobreza Económica
Ana Sofía Telletxea, responsable de Estudios y Desarrollo en Cáritas Bizkaia, explica que el concepto de exclusión social no se limita solo a la pobreza económica. De las 259.000 personas que enfrentan esta situación, un número significativo no tiene problemas de ingresos según los umbrales convencionales de pobreza. Sin embargo, enfrentan otras dificultades, como la precariedad laboral, el acceso limitado a vivienda digna, problemas de salud, especialmente en lo que respecta a la salud mental, y la falta de participación en los derechos ciudadanos básicos como la educación, la sanidad o el derecho al voto. La exclusión, por tanto, es multifacética y abarca aspectos que van más allá de lo puramente económico.
Desigualdad y Precariedad: Un Escenario Preocupante
El informe revela que, si bien el número de personas en situación de exclusión ha disminuido ligeramente desde el estudio realizado en 2018, la precariedad laboral y social sigue en aumento. Un 35% de la población vasca enfrenta problemas que la colocan en una situación de vulnerabilidad, y este grupo ha crecido en comparación con años anteriores. Esto sugiere que, aunque la pobreza severa haya experimentado una ligera reducción, la precariedad es la nueva norma para una parte significativa de la población.
Este fenómeno es alarmante, ya que la precariedad no solo es un factor de riesgo para la inclusión social, sino que también representa una amenaza para la estabilidad económica y social de Euskadi. Telletxea señala que “avanzar desde la precariedad es como construir sobre pies de barro,” destacando que cualquier contratiempo en la vida de una persona vulnerable podría desencadenar una exclusión directa.
La Herencia de la Crisis de 2008: Un Cambio Estructural
Según Cáritas, la gran recesión de 2008 marcó un antes y un después, alterando el modelo económico global y, por ende, las estructuras sociales. El informe Fuesa destaca que la recuperación no ha sido completa y que los efectos de la crisis continúan presentes. En particular, la concentración de la riqueza en manos de unos pocos y el aumento de la brecha social son fenómenos que evidencian una falta de políticas públicas eficaces para revertir esta desigualdad estructural. La autora sostiene que, lejos de promover una distribución equitativa de la riqueza, el sistema actual favorece que los más ricos sigan acumulando bienes, mientras que las clases populares luchan por mantenerse a flote.
Vivienda y Empleo: Factores Críticos para la Inclusión Social
Otro aspecto fundamental que aborda el informe Fuesa es el problema de la vivienda. En Euskadi, más de 122.000 familias que no se encuentran en los umbrales de pobreza económica caen en la pobreza grave una vez que enfrentan los gastos relacionados con la vivienda, ya sea por alquiler o hipoteca. Esto refleja la realidad de muchas familias que, a pesar de tener ingresos por encima de los límites establecidos, no pueden cubrir sus necesidades básicas debido a los elevados costos de la vivienda.
Además, el desempleo juvenil es otra de las grandes preocupaciones. Los jóvenes menores de 30 años enfrentan una tasa de desempleo que duplica la media, lo que dificulta aún más su emancipación y perpetúa la pobreza intergeneracional.
Cáritas y su Llamado a la Acción
Cáritas Bizkaia hace un llamado urgente a la acción, instando a las instituciones políticas a tomar medidas para abordar la exclusión social desde un enfoque integral. La solución no solo radica en repartir ayudas, sino en crear políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y la inclusión social, especialmente en áreas como la vivienda, el empleo y la educación.
En la entrevista, Telletxea concluye con un mensaje claro: “Las familias necesitan una oportunidad real para salir de la exclusión, y eso solo es posible a través de un cambio en las políticas públicas y una implicación activa de toda la sociedad.” El informe Fuesa, lejos de ser un mero diagnóstico, es un llamado a transformar la realidad de quienes están al margen de la sociedad.
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