La emisión del espacio Desorden Mundial ha puesto el foco en la reciente resolución 2797 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que ha renovado el mandato de la MINURSO. Aunque formalmente se trata de una medida rutinaria, en esta ocasión se ha incluido una referencia en el preámbulo que ha generado interpretaciones políticas de gran calado: el reconocimiento de que una «autonomía genuina» propuesta por Marruecos podría ser la vía más factible para el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
El analista y doctor en Derecho Internacional Aritz Obregón ha advertido de que, aunque «jurídicamente no condiciona, políticamente sí». Esta referencia favorece la postura de Rabat en detrimento de las reclamaciones del Frente Polisario.
Tres salidas para el conflicto del Sáhara Occidental
Obregón ha diseccionado las opciones que han estado sobre la mesa desde 1991. La primera y más conocida ha sido la celebración de un referéndum, refrendado en su día por la ONU, con tres posibles resultados: independencia, integración en otro estado (como Marruecos, Argelia o incluso España) o un estatus libre asociado. Esta vía ha sido «boicoteada sistemáticamente por Marruecos durante más de tres décadas».
La segunda, que gana peso con esta nueva resolución, es la autonomía marroquí. «Una propuesta que carece de concreción jurídica» y que, sin embargo, ha sido calificada como la base más realista para negociar.
La tercera vía, menos conocida pero planteada por Kofi Annan en 2002 y retomada en 2024 por el enviado especial de la ONU Staffan de Mistura, consiste en dividir el territorio: el norte quedaría bajo soberanía marroquí y el sur podría ejercer su derecho a la autodeterminación. «Ambas partes la han rechazado abiertamente».
